El primer Mundial tuvo, como es lógico, diversos problemas de organización. Por ejemplo, a último momento se decidió bajar la cantidad de selecciones participantes de 16 a 13, ante la negativa de varios europeos para venir aduciendo lo costoso del viaje. Con Jules Rimet como presidente de la FIFA, Uruguay fue designada la sede del primer campeonato de esta magnitud y eso provocó el enojo de los europeos. Sólo Francia, Bélgica, Rumania y la ex Yugoslavia dijeron presente.
El Estadio Centenario iba a ser la única sede para todos los encuentros del Mundial, pero las diversas lluvias en Montevideo provocaron un cambio en lo previsto y por eso recién se inauguró el mítico escenario en el sexto día de la competencia. De ahí, en adelante todo se jugó en el Centenario y siempre con la capacidad colmada: 92 mil espectadores, siendo el estadio más grande del mundo, fuera de las Islas Británicas.
En lo deportivo, se disputó una primera fase dividido en cuatro grupos, para luego darse las semifinales y la correspondiente final. En el choque decisivo, el 30 de julio, Uruguay venció 4-2 a la Argentina, que contó con el aliento de parte de 15 mil compatriotas que cruzaron el Río de La Plata.
