La presidenta Cristina Fernández de Kirchner se reunió ayer con la cúpula de la Confederación General del Trabajo (CGT) en la residencia de Olivos, en el marco de un almuerzo del que participaron, además, ministros del gabinete nacional y legisladores nacionales.
Del encuentro, que se realizó en el comedor de la residencia presidencial, participaron además del líder de la central obrera, Hugo Moyano; el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández; los ministros de Planificación Federal, Julio De Vido; de Trabajo, Carlos Tomada; de Economía, Amado Boudou; de Industria; Débora Giorgi; de Interior, Florencio Randazzo y de Salud, Juan Manzur. También, asistieron el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli; el ministro de Agricultura, Julián Domínguez y el diputado nacional Néstor Kirchner.
Además, estuvieron los dirigentes sindicales, Antonio Caló, Jorge Viviani, Héctor Daer, Armando Cavallieri, Oscar Lescano y Juan Carlos Smichd, así como los legisladores de extracción sindical Héctor Recalde, Octavio Argüello, Antonio Alizegui, Carmen Nebreda y Guillermo González.
En la mesa principal, además de la presidenta, se ubicaron Moyano, Viviani, Cavallieri, Caló, Lescano, Gerardo Martínez, Jorge Pérez Tamayo, Recalde y José Luis Lingieri, según informaron fuentes oficiales. Antes del almuerzo, la presidenta realizó durante alrededor de unos 15 minutos, un balance de la gestión gubernamental a lo largo de un año.
Fuentes sindicales informaron a Télam que, durante el almuerzo que consistió en empanadas y asado, no hubo un pedido colectivo de la CGT, "aunque sí existieron algunas solicitudes individuales de algunos gremios por temas puntuales".
Tras al almuerzo, el primer funcionario que se retiró de Olivos fue el ministro del Interior, Florencio Randazzo, quien calificó de "muy bueno" el encuentro con los dirigentes sindicales. Randazzo confirmó que en la reunión "no se habló sobre el Consejo Económico Social". Por su parte, el titular del gremio de los trabajadores judiciales, Julio Piumato, también calificó la reunión de "excelente", al tiempo que confió que "no se habló de temas puntuales".
"Fue una reunión de confraternidad", expresó a la prensa el secretario de Derechos Humanos de la CGT al salir de la residencia Presidencial. Otro de los participantes del prolongado almuerzo, el metalúrgico Antonio Caló, precisó que "fue una reunión como debe ser entre la presidenta y el sindicalismo en esta época del año. Fue una reunión de camaradería y no de trabajo".
Acerca de si hubo alguna solicitud de Cristina Kirchner o de la CGT, Caló sostuvo que "hoy no era un día como para hacer pedidos, para eso existen otros tiempos". Por su parte, el diputado nacional Héctor Recalde sostuvo que "fue una charla muy amena y como dijo la presidenta, familiar, por el grado de compañerismo que existe con el movimiento obrero".
"Se habló como en cualquier mesa familiar. No se tocaron los temas políticos" , destacó el legislador nacional. Recalde negó que durante el almuerzo se haya hablado de "la puesta en marcha del Consejo Económico Social’.
