Concierto para Bandoneón y Orquesta es la primera obra escrita por Juan Pablo Jofré Romarión, el bandoneonista sanjuanino que hace más de tres años se radicó en Nueva York, desde donde recorre el mundo. Es la pieza que estrenará el próximo viernes en el Auditorio Juan Victoria y la que -además- marcará su debut junto a la Sinfónica de la UNSJ, en carácter de solista y compositor. Tres hechos de peso, pero que adquieren más brillo a la luz de los recuerdos: la inicial formación autodidacta del tenaz músico (que luego estudiaría composición en Mendoza); y aquella confesión que entre suspiros le hizo a DIARIO DE CUYO en 2004, horas antes de mostrarse por primera vez en el Auditorio: su ilusión de tocar, "algún día", con la Sinfónica.
"Estoy feliz y súper, pero súper agradecido -acentúa con vehemencia y su típica sencillez Juan Pablo-. La Orquesta está sonando muy bien, a los músicos les ha gustado, el director también es un capo, muy abierto… la verdad que estoy súper contento, qué más puedo pedir", repite entusiasmado el bandoneonista, que el año pasado se presentó en la misma sala junto al compositor y pianista Fernando Otero (Grammy Latino 2010 al Mejor disco de música clásica) y que ahora, desde que llegó invitado por el Centro de Creación Orquestal, está de cabeza con los ensayos, bajo la batuta del cordobés Marcelo Conca. "Es que armar todo con la Sinfónica es un trabajo enorme", reconoce en charla con DIARIO DE CUYO Jofré Romarión, para quien -si bien ya había compuesto algunas piezas (Primavera y Hard Tango, por ejemplo) y realizado arreglos para orquestas de cuerdas (algunos a pedido de un grande como Paquito de Rivera)- este "multiestreno" en San Juan es como tocar otro cielo con las manos.
Influencias de Piazzolla -su máximo ídolo- y de fuertes referentes, como Bela Bartok, Carl Orff y Tchaikovsky ("que me ayudó a sacarle más color a la orquesta", dirá) son las que Juampi reconoce en su ópera prima, que comenzó a dibujar en el 2004 en la provincia, y que concluyó en Nueva York, donde fue estrenada en octubre pasado. "Termina lento, con un adaggio… la tienen que escuchar… creo que les va a gustar", dice en medio de un breve recreo para almorzar, y luego seguir trabajando. Por ahora, amigos y familia deberán acomodarse a los escasos tiempos disponibles de Juan Pablo, que una vez que culmine el concierto sí tendrá un relax con los suyos hasta el 7 de abril, cuando volverá al país del norte. Allí lo esperan más compromisos y también los últimos toques de su primer disco, aún sin nombre, que espera editar sobre mediados de año.
"La mayor parte son obras propias y también hay un cover de Los Beatles, un tema de autor brasileño y otro de autor cubano, todos con arreglos de tango", adelanta Romarión, que promete volver, para presentarlo en sus pagos.
Muchacho
Nieto de Andrés Jofré, cantor de tangos; y del Nono Romarión, intérprete de piano y acordeón; Juan Pablo tocó por primera vez en el Auditorio, gratis, en 2004. Fue "un lujo" para este muchacho de entonces 21 años, que buscaba su lugar en el mundo artístico munido de una reliquia: el bandoneón que perteneció al maestro Salvador Catanzaro, célebre director de orquesta de San Juan; y que había adquirido con mucho esfuerzo. Con ganas de crecer, y los sabios empujones de grandes maestros como Julio Pane y Daniel Binelli (que al escuchar Capricho Otoñal le vaticinó un "Pibe, vos en unos años vas a volar"), Juampi partió rumbo a Estados Unidos. Se radicó en Nueva York, siguió perfeccionándose y -de a poco- insertándose en la movida. Sus presentaciones le permitieron alquilar un departamentito en la 161 Street de Broadway, que se convirtió en nido de sueños y base de operaciones.
Pablo Ziegler (pianista de Piazzolla), Paul Pellicoro (quien le enseñó a bailar a Al Pacino para Perfume de Mujer; y le gestionó a Juan la visa de artista), Héctor del Curto y su Orquesta Eternal Tango (con quien también toca) y Hernán Romero (hijo de Estela Raval) son algunas de las figuras que facilitaron su inserción. Tocada va, recomendación viene, desde entonces ha actuado en el New York City Center y The Box, se presentó en el show televisivo de Rosie O’Donnell (con Liza Minelli y Gloria Estefan entre el público) y también fue parte del show de los últimos Latin Grammy, junto a la nominada cantante mexicana Aída Cuevas. Su agenda 2011 incluye un show junto a Paquito de Rivera en Washington DC (en mayo); otro en Taiwan (en octubre) y el Jazz Festival de Hungría -junto a una orquesta italiana- en diciembre.
