En 2008 abandonó estas tierras, cargó su valija de sueños, el bandoneón del recordado Salvador Catanzaro (eximio director de orquesta local) y emigró al hemisferio Norte. Fue un pequeño en un gigante cosmopolita, jugado al azar y aferrado a sus deseos de victoria-. Hoy, Juan Pablo Jofré Romarión dejó de ser promesa y se transformó en un bandoneonista de proyección internacional, a fuerza de sacrifico, disciplina y soledad. Con tan sólo 26 años y una adolescencia de estudios musicales, el sanjuanino que toca el bandoneón "del alma" y "por instinto" y está de visita en San Juan, conquistó EEUU y forjó una maratónica carrera que incluye -entre otras proezas- una benévola crítica en el New York Times, una presentación en el popularísimo show de Rossie O’ Donell (incluyó las felicitaciones de Liza Minelli y Gloria Estefan), participaciones en la Panamerican Simphony de Washington y diversas colaboraciones con sus propios ídolos (desde Pablo Ziegler, pianista de Astor Piazzolla hasta Mariella Franganillo y su New York Tango Festival).

"Mi vida allá es muy intensa. Hace 7 años me fui de la provincia, pasé por Mendoza, estudié bandoneón y después decidí partir hacia Norteamérica. Acá me estaba yendo bien, pero quería profesionalizarme más porque no habían muchas posibilidades. Gracias a Dios el Gobierno de EEUU me dio una visa de artista, que es muy difícil de obtener. Por suerte pude ganar el premio Fondo Nacional de las Artes y se me abrieron muchas puertas, como tocar en Europa dos veces en la Cumbre Mundial del Tango", recuerda el joven artista.

Pero su talentoso nervio 2×4 sigue benemérito y con agenda full time. El próximo 3 de junio, comenzará una gira latinoamericana con el prestigioso cubano Paquito D’ Rivera, uno de los músicos, arreglistas y compositores de jazz más prolíferos del género musical (y ganador de 9 Grammy). Con ese aval, pisará el escenario del Heineken Jazz Festival Puerto Rico, luego tocará en un Festival sobre películas de Jazz en New York y proseguirá en octubre con una serie de recitales en Washington. En forma paralela, el talentoso muchacho de sonrisa amplia, que extraña su familia, añora el clima sanjuanino y acompañó al pianista Fernando Otero en su world tour 2010 (recaló en San Juan en abril), está gestando su primer disco solista.

"En agosto grabaré mi primer disco y lo haré en los estudios de Daniel Freiberg que produjo algunos trabajos de AC/DC y Cristian Castro. Saldría a fin de año e incluirá composiciones mías y algunos covers. Tendrá un estilo nuevo tango, en la rama de Piazzolla", anticipó entusiasmado.

En sus proyectos a futuro, también tiene pensando "instalar en la provincia una escuela de bandoneón, ayudar a escuelas rurarles y tocar más en Argentina". Este miércoles Juan Pablo regresará a la Gran Manzana. Esta vez, su valija carga exceso de equipaje: el orgullo de San Juan y una incorruptible sencillez.