La empresa cementera Loma Negra exhibe orgullosa el trabajo de remediación ambiental que vienen realizando desde 2006 en la zona lindera a la planta que poseen en el departamento Rivadavia. El polvo de la caliza acumulado por más de 40 años en el terreno de 70 hectáreas se había vuelto parte del paisaje para cualquier persona que transitara entre el Hospital Neuropsiquiatrico y la fábrica de cemento. Actualmente un enorme bosque integrado por 500 árboles de aguaribay y algunos frutales se encargan de la remediación visual y más de cuatro mil plantines de retamos y jarilla apostados sobre el cerro demuestran que la tierra en dicha zona no había sido contaminada con el depósito de polvo de caliza acumulado por más de cuatro décadas.
“Hace años adquirimos el compromiso de remediar la zona donde se había acumulado polvo en gran cantidad y materiales sin uso propio de la falta de conciencia ambiental con la que se trabajaba anteriormente”, comentó Javier Zeballos, Líder Administrativo de la empresa Loma Negra. Y continuó: “Removimos el polvo, mezclamos la tierra, limpiamos mucha acumulación de elementos y luego realizamos pequeños canales que permitieron el riego, para luego empezar con la plantación de árboles y frutales, a lo que se suman más de 4.500 retamos y jarilla que se plantaron en el cerro”.
El proyecto base comenzó haces casi diez años y se mantiene hasta la fecha. Fuentes de la compañía indicaron que allá por 2007, alumnos de la Facultad de Ciencias Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de San Juan, a cargo del profesor y licenciado Justo “Tito” Márquez, tomaron muestras de semillas de las zona a remediar y comenzaron a armar retamos y plantines en el “Vivero” de la institución educativa para luego sembrar en el terreno en el que había acumulación de polvo de caliza. Estos retamos son los que ahora pueblan la zona y crecieron con el apoyo de la compañía. “Comenzaron a trabajar hace mucho, y ahora estas plantas, empezaron a dispersarse y multiplicarse naturalmente por el mismo actuar de la madre tierra”, indicó Zeballos.
La tarea más difícil fue la limpieza del polvo acumulado y el posterior movimiento de suelo para mezclar dicho polvo con tierra, caliza y arcilla para demostrar que la zona era apta para el crecimiento de cualquier planta autóctona. La remoción de polvo en las 70 hectáreas implicó el trabajo a doble turno de maquinaria y personal contratado. Según fuentes de la compañía, en algunos sectores el polvo acumulado llegaba a los tres metros de altura, por lo tanto debían realizarse estudios para determinar si el mismo cubría zona de barrancos, ante el peligro de avanzar con las máquinas pesada.
“Mediante un estudio previo se dividió el gran terreno por zonas y luego se determinó que era factible realizar la remediación, y nunca nos detuvimos a pensar en el presupuesto. Luego se limpió el lugar de neumáticos, ladrillos refractarios del horno y mucho material que se acumuló durante mucho tiempo, ya que antes no había mucha conciencia ambiental”, explicó Zeballos mientras dirigía su mano señalando la zona en la que ahora aparecen más de 500 árboles de aguaribay y algunos frutales.
Según la explicación técnica de la compañía, las tareas de remediación continúan desarrollándose de manera permanente con la clara intención de que todos los operarios de la misma tomen conciencia de la importancia del cuidado ambiental. “Nosotros dimos el puntapié inicial en este proyecto, ahora es la misma naturaleza la que se encarga de esparcir los retamos y aumentar la flora autóctona”, explicó el Líder Administrativo de Loma Negra en San Juan. Y concluyó: “Actualmente nuestro horno posee una serie de filtros que no permiten la emanación de polvo, a su vez, existe un sistema que reinserta el polvo al sistema productivo. Hoy la conciencia ambiental es muy grande por parte de la compañía tanto a nivel local, nacional e internacional”.
