Había que ver las lágrimas de Demián González y de Sebastián Fernández. Había que ver los saltos de Junior, de Olteanu, de Ramos. Había que ver los abrazos interminables de todos. Era lo mismo que escuchar los gritos de Filardi o los cantos de Tell y del chimbero Molina. O el festejo hecho uno de todo el cuerpo técnico. O la alegría que bajaba interminable desde las tribunas por esos mitad hinchas, mitad familiares que se trenzaban en un ramillete de alegría interminable. Todos ellos entendían la proeza. Y la disfrutaban a mil. UPCN San Juan Voley logró algo inédito para el vóleibol argentino a nivel de clubes. Se colgó en el pecho la medalla de bronce, luego de quedar tercero en el Mundial que se disputó en Belo Horizonte, Brasil. Ganándole justamente al pasado campeón mundial y actual campeón sudamericano, el local Sada Cruizeiro, por 3-2 en un partido con un final dramático. Tremendo. Imborrable para la memoria de quienes lo gozaron en este majestuoso escenario.

En realidad fue un partido raro. Inentendible, como casi todos los que jugó UPCN acá. Porque el equipo sanjuanino empezó como para comerse crudo al afamado Sada Cruzeiro y dominó por completo en los dos primeros sets. Pero después se desdibujó en los parciales siguientes y el local se agrandó como para ganar. Pero ahí es donde afloró el tremendo corazón de este equipo sanjuanino y, siempre basado en su juego, logró quedarse con el tie break.

El partido en sí, dio aristas completamente cambiantes. El primer parcial fue demasiado cómodo para UPCN. Tanto que dejó atónitos a los simpatizantes locales que ayer poblaron el Mineirinho. El parcial terminó 25/17 pero fue porque el Gremial aflojó un poco en el final. UPCN “mató” a su adversario en el primer set y después le jugó con el corazón y el alma el final del segundo, cuando parecía que el local se recuperaba. Y lo terminó cerrando el mejor hombre de la cancha hasta ese momento: Bogdan Olteanu para el infartante 31-29. El partido se “empiojó” en el tercer set, cuando Cruzeiro se distanció desde un principio en el marcador y, a medida que el partido pasó, se afirmó en esa recuperación que necesitaba. Pero UPCN seguía vivo. Entonces, a la recta final entraron con un juego equilibrado, aunque quedó ahí nomás pero el set se lo llevó el local por un cerrado 25-23. Así entraron al cuarto set. Los locales agrandados por su juego de recuperación y con el apoyo ruidoso de su gente. UPCN aún firme en su objetivo pero ya sin la seguridad de sus movimientos. Cruzeiro se agrandó por unos pelotazos del cubano Leal y otros de Wallace. Todo porque el armador Williams supo elegir y ocupó a éstos grandotes cuando estaban atrás. UPCN no tuvo reacción y vio como el parcial se fue casi sin pena ni gloria. UPCN jugó el tie break con la cabeza y el corazón. Es más, varios como que no les respondían las piernas. Pero la lucharon punto a punto, hasta que llegó ese bloqueo de Olteanu (acompañado por Ramos) a Wallace y el tablero se eternizó en ese 15-13 histórico.