La hipertensión arterial es un aumento de la presión en las arterias, por encima de los valores normales. Está relacionada con la alimentación. Existen cifras más elevadas en comunidades que ingieren una cantidad elevada de sodio. Influyen también, la herencia y la obesidad. La llamada hipertensión anecdótica es aquella que se debe a un hecho fortuito, y es frecuente que las cifras se normalicen una vez obtenido el reposo sicofísico. En tal caso, el paciente no debe ser considerado como hipertenso, y menos aún tratado.  

Secundaria es aquella hipertensión que puede ser atribuida a una causa determinada (coartación de aorta, causa renal, endocrina, etc.). 

En primer lugar debe quedar establecido que el tratamiento de cualquier tipo de hipertensión es de competencia médica, exclusivamente, y en el caso de la hipertensión secundaria deben ser tratadas sus causas. La medicina naturista aplica medios naturales reales de tratamiento de la hipertensión, dentro de los cuales se incluye el uso de plantas medicinales, entre las que se cuentan el Crataegus Oxyacantha, las hojas de olivo y las de muérdago. 

El olivo tiene como nombre científico el de Olea europea, y pertenece a la familia de las oleáceas. Es un árbol de gran longevidad que alcanza hasta 10 metros de altura y cuyo tronco es corto y grueso. Tiene hojas persistentes, lanceoladas, de bordes enteros, de color verdinegro en la cara superior, y blanquecina la inferior. Las flores son pequeñas, blancas, en racimo, situadas en las axilas de las hojas. El fruto es una drupa (aceituna), cuyo color es primero, verde, y negro al madurar. Se encuentran ejemplares silvestres en número reducido. Es muy cultivada en suelos calcáreos y soleados. En nuestro país se lo cultiva en Mendoza, San Juan, La Rioja, Catamarca y Córdoba.  
Con fines medicinales se utilizan las hojas de olivo, y se emplea en caso de hipertensión arterial y en arterioesclorosis (endurecimiento de las arterias). Se prepara cocimiento de cuatro cucharadas soperas de hojas de olivo, previamente molidas o trituradas en el mortero, por litro de agua hirviendo; se hierve cuatro minutos, para luego enfriar y colar. De este cocimiento se toman de una a cinco tazas al día.