Los hinchas argentinos pasaron en 24 horas de la frustración de no poder llegar al estadio Monumental por el temporal que anegó el campo y las calles, a la posibilidad de reencontrarse con el seleccionado nacional en una nueva edición del clásico sudamericano, luego de la decepcionante derrota de la fecha inicial de local contra Ecuador.
Como es habitual en cada presentación del conjunto albiceleste, el público distó bastante de lo que se ve habitualmente en partidos de campeonato local, y tomaron protagonismo los niños y la familia. Se dejaron de lado las camisetas de los clubes y en general se vieron casacas celestes y blancas, rostros pintados y disfraces de esos mismos colores.
Los cánticos son diferentes a los que se escuchan habitualmente en cada fecha de campeonato local y el momento de mayor comunión se dio anoche cuando se coreó el himno, con una tradición que viene desde el Mundial de Rugby de 2007.
La nota negativa estuvo con los silbidos y abucheos en el momento que se escuchó la canción nacional brasileña. Después del diluvio, una noche con clima agradable para que los hinchas puedan disfrutar de una nueva versión del clásico más importante del continente.
