Señor director:
Esta carta es para rendir un sincero homenaje en esta fecha, en que se celebra el "Día de la Tradición", a la memoria de un cantor jachallero, cuyo nombre era Marcelo Poblete, quien falleciera el 17 de noviembre de 1985.
Empieza a aclarar y termina la fiesta de la tradición. De repente, esas ganas tremendas de cantar a los cuatro vientos que se gana en el cuerpo.
Marcelo dio el grito que sale de la misma entraña de la vida, mezcla de lamento y alegría que toca cada una de las cosas que conforman el paisaje agreste de la montaña para transformarse en eco, al iniciar el preludio de una tonada.
Tomó camino abajo, como contando los pasos, arrojando sus penas de cantor pueblerino con puño cerrado y sueños sedientos.
La música lo llamó de repente desde el canal de caudal turbulento; el murmullo del agua sonaba a guitarras del alma, sus ojos de abrieron a la expresión de lo increíble.
¡Me llaman! ¡Me llaman! ¡Me llaman..!
Sus oídos escuchan "¡Marceee…lo!". En su cabeza giran gritos eufóricos cada vez más fuertes, "Marceeelo!".
Salió al escenario por las cortinas pobladas de jarilla, cañaveral, chilca, pájaro bobo, chilquilla, retortuños; aromas donde miles de voces lo aclamaban, pañuelos de saludos por el aire con manos que lo querían tocar.
Entonó una tonada cadenciosa y luego se deslizó suavemente hacia su público, mezclándose con él y desde ese instante entró a formar parte de la sabia, que le dan de beber alegrías a cada una de las siembras, repartiéndose por canales y acequias que llegan hacia algún rincón lejano del valle jachallero.
