Directo desde los Estados Unidos, donde vive, el reconocido músico y productor argentino Gustavo Santaolalla aterrizó ayer en San Juan para participar hoy de un concierto en el Auditorio Juan Victoria con la Orquesta Juvenil de la UNSJ, dos orquestas infanto-juveniles y coros invitados, como parte del plan Igualdad Cultural. Amable, sin divismos, (que bien podría tenerlos por su trayectoria y los dos premios Oscar que tiene en su haber) el creador de Bajofondo accedió a hablar con DIARIO DE CUYO recién llegado a la provincia.

"Estoy muy contento de estar en San Juan, no venía hace años, y más por estar con un proyecto tan importante y tan necesario como el de Igualdad Cultural. Estar colaborando con Andrea Merenzon, con la orquesta, con los chicos, es una experiencia hermosa; ya tuve la oportunidad de hacer algo parecido en Misiones" dijo el compositor, quien llegó vestido de sport, en estricto negro y con lentes oscuros, que se quitó para la charla.

Productor afamado, Santaolalla también fue el propulsor del tango electrónico en el país, género que popularizó con su joven combo Bajofondo Tango Club, que -deuda pendiente- nunca tocó en estas tierras, pese a tener a un sanjuanino dentro de sus filas: Martín Ferres (sí lo hizo uno de los "satélites" del grupo, Luciano Supervielle, que ya vino tres veces).

"Con Bajofondo estamos terminando nuestro próximo disco, que saldrá a principios del año que viene. Creo que es uno de los mejores trabajos que hice en mucho tiempo y estamos todos súper entusiasmados. Es la misma banda con la que venimos trabajando hace 10 años, donde está Martín, el sanjuanino", dice sonriendo con picardía, casi contento de destacar el origen de su bandoneonista, con quien, asegura, tiene un vínculo especial. "Martín es como mi hermano, todos somos como una gran familia y nos queremos todos muchísimo. Con Martín especialmente tengo una relación especial, porque lo conocí en un lugar que es mágico para mí, que se llama La Catedral (club en Buenos Aires, conocido como el templo del tango independiente). Lo conocí ahí tocando y tuvimos la idea de empezar algo juntos, hoy seguimos tocando juntos".

Pero no sólo de música vive el hombre. De vinos también… Y Santaolalla disfruta que su pasión por la vitivinicultura haya prosperado en la bodega que tiene en Luján de Cuyo, en Mendoza. "Adoro todo lo que tiene ver con el proceso, desde la uva al vino y por suerte nos está yendo muy bien", comentó sin descartar a San Juan como lugar de inversión.

Por la tarde, el músico recorrió el Auditorio y ensayó con los nóveles músicos con quienes tocará. "Espero que afecte a la gente de una manera positiva, que inspire a los chicos y a los grandes también", respondió con humildad sobre sus expectativas del concierto de esta noche, que seguramente los 280 jóvenes no olvidarán.