Al principio Blancanieves no tuvo problemas para desfilar con su amplio vestido con miriñaque, guiando a los siete enanitos. Pero cuando sonó la primera bomba de estruendo, soltando miles de banderitas por el aire, la situación cambió. Todos los enanitos rompieron filas para alzar los papelitos celestes y blancos, deteniendo su marcha en defensa del derecho a reir. Ayer Santa Lucía se convirtió en un mundo fantástico integrado por hadas, ogros, enanos, princesas, indios, héroes y muñecas. Todos bien diferenciados en atuendos, pero con un mismo objetivo: defender los Derechos del Niño. Fueron los alumnos de nivel inicial de ese departamento que participaron del Carrusel de las Flores para cerrar la semana de los jardines de infantes. Un desfile en que la mayoría caracterizó a un personaje de Disney.
Una autobomba con la sirena encendida, llevando al Pato Donald, a Goofy, al oso Pooh y a Mickey, dio inicio al desfile que concentró la mirada de grandes y chicos por la producción de la puesta en escena.
Un poco sofocado por la máscara de Shrek, uno de los alumnos del Centro Educativo Belgrano le pidió un helado a su mamá mientras desfilaba frente a la plaza departamental. Lo mismo hizo Frutillitas, que ya no soportaba el calor provocado por las largas trenzas de lana que le llegaban hasta la cintura. Ambos, junto a Batman, Robin, el Hombre Araña, la Bella Durmiente y Alex, el león de Madagascar, defendieron el derecho a jugar y a divertirse. Lo hicieron ante un público que también aportó magia al Carrusel de las Flores.
Padres, hermanos, abuelos, tíos y hasta vecinos de los alumnos de jardín, también asistieron disfrazados y con grandes manos hechas en cartulina de colores. Las usaron para alentar el paso de los pequeños de los 17 centros educativos de nivel inicial, públicos y privados, de Santa Lucía y para aplaudir con entusiasmo cada vez que el locutor hacía referencia a los Derechos del Niño, y destacaba cómo se podía luchar por detener la violación de los mismos.
