"Dejá de hacer eso, dejá de gatillar porque te podés lastimar", fue la advertencia que le hizo por lo menos tres veces su tío, de 17 años, ayer en la siesta a su sobrino, de la misma edad, contó ayer una tía. Pero ese jovencito -dijo- no dejó de hacerlo y siguió girando el tambor de ese revólver calibre 38 corto y gatillándolo debajo de su mentón una y otra vez, hasta que la única bala que tenía salió, se metió por su barbilla, atravesó su boca y el proyectil se alojó en su cabeza. Anoche, el chico agonizaba en terapia intensiva del hospital de Niños Juan Carlos Navarro, dijeron en la policía.
Según Marta Esquivel (57), abuela de la víctima, todo ocurrió ayer a las 16:10 en su casa de calle Pueyrredón 553 Oeste, en Villa San Roque, Rivadavia. A esa hora estaba su nieto de 17 (no se revela el nombre por razones legales), su hijo de la misma edad y un amigo llamado Maximiliano Garay (22). Los tres jóvenes estaban limpiando el fondo de la vivienda porque el 2 de noviembre era el cumpleaños de 18 de su nieto malherido y quería ordenar todo para esa fecha, comentó su abuela.
"Yo estaba viendo la novela cuando escuché a mi hermano decirle que deje de jugar con el arma. Al ratito escuché el estruendo y los gritos de mi hermano y el amigo. Salí y lo vi tirado, ensangrentado. Ahí llamé al 911", indicó ayer Maira Figueroa (19), tía de la víctima.
Los primeros en llegar fueron el oficial Gustavo Tejada y el agente José Alaniz del Comando Radioeléctrico y luego el oficial Pablo Ortega de la Motorizada Nro. 4 para darle los primeros auxilios, comentaron en la policía. Después, trasladaron al joven al hospital de Niños donde no pudieron operarlo porque su estado era muy grave, dijeron en la policía. En tanto su tío y su amigo, quedaron demorados en la comisaría 13ra. para saber que sucedió realmente e investigar de donde apareció el revólver, considerado un arma de guerra.
