Para la policía es realmente un misterio qué sustancia es o cómo llegó ahí, pero que ese polvo blanco es algo peligroso, ya no hay dudas. Las pruebas están en ese chico de 12 años que, mientras jugaba en un descampado en La Bebida, Rivadavia, pisó esa extraña sustancia y desató una explosión que le quemó el rostro, las manos, parte de su abdomen y hasta prendió fuego su ropa. Los propios bomberos también comprobaron los efectos de ese polvo. Un rato más tarde, a 4 kilómetros de donde sucedió el accidente con el niño, tres de esos policías sufrieron heridas por el estallido del mismo químico en medio de un basural.
Los interrogantes son muchos en la policía. Más todavía, porque ya el miércoles de la semana pasada tres obreros de la recuperadora "Don Mariano", en Pocito, resultaron quemados en un hecho similar con un polvo blanco que encontraron entre las pilas de cartones (ver recuadro). Aquella vez se dijo que podría tratarse de restos de carburo. Anoche, altas fuentes policiales dijeron que barajaban la posibilidad que la sustancia hallada ese día y la que apareció ayer en dos lugares distintos podría ser la misma, pero no saben qué químico es. Creen que reacciona con el agua o la humedad. Los peritos y un bioquímico de la Policía levantaron muestras para analizarlas.
Hay muchas coincidencias. La semana pasada, el accidente ocurrió en el galpón de recuperadora "Don Mariano" en Pocito. Ayer, el hecho se registró en un descampado colindante a otro galpón de la misma firma, en calle Morón, en La Bebida. Leonardo Arancibia, de 12 años, y su hermano Marcos de 11, andaban jugando a las 10 de la mañana por ese lugar -viven cerca, en el barrio Bernardino Rivadavia- y el mayor de ellos pateó ese pequeño montículo de polvo blanco que estaba en el suelo, relató la mamá, Viviana Carrizo. En ese instante se produjo una explosión. El estallido de esa sustancia alcanzó a Leonardo, que sufrió quemaduras en distintas partes del rostro y la cabeza. También tuvo heridas en las manos y en el abdomen, dado que se le prendió fuego parte de la ropa. El otro niño se salvó.
"Menos mal que Leonardo tenía dos pantalones y como tres pulóveres, por el frío, eso lo cubrió algo", relató su madre. Un hombre corrió a auxiliar a Leonardo, le arrancó la ropa que estaba ardiendo y le tiró agua. Después lo llevaron al Hospital Marcial Quiroga, donde constataron que tenía quemaduras A y B en un 7 por ciento del cuerpo y, por su suerte, su vida no corría riesgo.
A todo eso llegaron los efectivos del Departamento Bomberos. Ellos mismos corroboraron que con una sola gota de agua, ese extraño polvo estallaba y despedía humo. Cal no era, dijeron; tampoco carburo. Supuestamente estaba en una bolsa sin inscripción ni rótulo. Los uniformados inspeccionaron la zona buscando más restos de esa sustancia, pero no hallaron nada. Pasadas las 13.30, un grupo de bomberos fue al basurero de calle Pellegrini y 5. Alguien alertó que ahí habían encontrado otras bolsas plásticas y sin inscripción con el extraño polvo. La versión policial, señalaba que el subcomisario Marcelo Heredia, el oficial Gastón Alcayaga y el agente Jorge Huyema caminaban por entre la basura cuando uno de ellos aparentemente pisó las bolsas que buscaban y provocó una explosión. Heredia recibió todo el estallido de frente. Y aunque iban protegidos por sus trajes, sufrió laceraciones en el rostro. Huyema, también tuvo heridas -pequeñas y leves- en la cara, y Alcayaga terminó con lastimaduras en una mano. Los tres tuvimos que ser atendidos en el Hospital Marcial Quiroga, aunque sólo Heredia quedó internado.
