Sergio Padilla (20) y Oscar Sánchez (20) eran como hermanos. Tan fuerte era el vínculo que Oscar hasta le decía mamá a la madre de su amigo, porque alguna vez hasta pasó a ser uno más de la casa en la convivencia diaria. En los últimos días ambos habían tenido otro motivo para estrechar su relación: Sergio le había conseguido trabajo a Oscar en la empresa de limpieza donde trabaja. Y hacia allí iban ayer, cada uno en una moto, cuando la fatalidad le jugó la peor pasada a Oscar. Sergio recordó que cuando viajaban por Doctor Ortega hacia el Este, en Rawson, él pasó por la izquierda a otro motociclista que iba adelante y enseguida giró a mirar dónde estaba su amigo porque se le perdió de vista. Entonces lo sorprendió una polvareda. "Volví, le pregunté al otro muchacho si estaba bien, me dijo que sí, se levantó y se fue en la moto. Yo quedé ahí sin entender nada porque a Oscar no lo veía por ningún lado. Seguí mirando y ahí lo vi metido debajo de un puente, ensangrentado, quise sacarlo pero alguien me tiró para atrás, me dijo que nada se podía hacer. El llevaba el casco puesto… era mi mejor amigo, fue de terror", dijo ayer Sergio Padilla, con el rostro empapado en lágrimas.
Todo pasó alrededor de las 15.50 en el cruce de Doctor Ortega y Alvear, en Rawson. Y ayer, los policías de la seccional 6ta. de Rawson al mando del comisario Adolfo Jofré investigaban en detalle las circunstancias de ese siniestro que involucró a otro motociclista, un chico de 17 años, de apellido Bravo, que circulaba sin carnet en una Gilera 110cc., dijeron fuentes policiales.
Ese menor habría dicho que sólo sintió el golpe desde atrás, que cayó, se asustó, se fue a avisarle a sus padres y que ellos resolvieron ponerlo a disposición de la Policía. Ayer se investigaba si a causa de alguna maniobra de ese chico fue que Sánchez lo embistió desde atrás con la Maverick 150cc. de su hermano Diego, hasta arrancarle el pedalín del costado derecho de la Gilera y lastimarle la pierna del mismo costado al menor.
Luego de una frenada y el impacto, Sánchez quedó encajado entre una acequia y un puente, y la misma canaleta fueron a parar también el casco y una de sus zapatillas.
El segundo de cuatro hermanos, confeso hincha de Unión de Villa Krause y de Boca Juniors, Oscar Sánchez vivía con su familia en el recién entregado Barrio Carrerito, Pocito. Estaba de novio y gozaba de cierta popularidad entre los jóvenes, porque antes de irse a trabajar con su amigo Diego, era una suerte de promotor de un conocido boliche e incluso visitaba una radio en la publicitaba al local, dijeron ayer sus amigos.
