En cinco años, José Marcelo Escañuela, un carnicero de 37 años y padre de dos hijos, sufrió tres asaltos. El primero ocurrió hace tres años y medio. Aquella vez, dos delincuentes armados trataron de abordarlo cuando cerraba su negocio ubicado en Hipólito Yrigoyen 2141 Sur, Rivadavia. Pero no pudieron. Entonces para cubrir su escape, los malvivientes le dispararon y ese tiro atravesó un mostrador. La siesta del 21 de diciembre pasado, otra vez su negocio -"Mercado Marcelo"-, fue el blanco de dos ladrones que llegaron en moto. Allí sorprendieron a su hermano cuando estaba cerrando el local, tras encañonarlo y reducirlo, le sustrajeron el celular, las llaves del negocio y 22.000 pesos que eran para el pago de proveedores. Desde ahí, Escañuela tuvo que hacer un plan de pago con sus proveedores para poder seguir adelante con su trabajo y recién en abril, con mucho sacrificio, pudo cancelar esa deuda, contó el hombre. Hasta se compró una pistola por culpa de ese atraco y desde ese día la lleva cargada en su cintura "porque no me queda otra, si nadie me da seguridad", indicó ayer, molesto. También -dijo- comenzó a tener problemas para dormir y vivía atemorizado, pensando que en cualquier momento su familia o él iban a ser una vez más atacados.

La idea de "largar todo" se le pasó muchas veces por la cabeza. Estaba resignado. Sin embargo, José continuó adelante porque pensó que tal vez todo iba a cambiar. Pero nada de eso pasó y ese pensamiento de cerrar definitivamente el mercado se instaló nuevamente en su vida cuando el martes a la noche tres ladrones encapuchados y armados lo asaltaron de nuevo, tal como lo anticipó este diario.

Eran las 22.15. Ya estaban cerrando cuando los sujetos encañonaron a Laura, su mujer. José también fue reducido, igual que otros tres empleados, afirmó Escañuela, a quien le sacaron de sus bolsillos unos 8.000 pesos, que eran para los proveedores. Otros 3.000 sacaron de la registradora. Los ladrones huyeron con el dinero y 3 celulares, explicó el carnicero.

"Estoy cansado de las coimas diarias de los inspectores. De la policía que no responde y de los que nos gobiernan, que no resuelven la inseguridad. Estoy harto… por eso voy a cerrar, si al final trabajo para los demás", aseguró Escañuela, indignado.