Cuestiones tales como las de la identidad nacional no son fáciles ni están exentas de problemas. Sin embargo, es importante su abordaje y discusión. En esta oportunidad, es interesante tratar de responder a ciertos interrogantes. Concretamente: ¿Sobre qué se apoya nuestra identidad nacional? ¿Qué aspectos particulares representan y caracterizan a nuestra Nación, distinguiéndola de otras?
En torno al primer interrogante, se puede decir que la identidad argentina se apoya en pilares tales como la colonización y la inmigración posterior. Algunos descienden de familias aborígenes y otros de diferentes países europeos o asiáticos. Esto hace que seamos un pueblo que en el devenir histórico se ha integrado con múltiples herencias.
Las tribus indígenas que poblaron el territorio argentino eran esencialmente nómadas y vivían de la caza, la pesca y la recolección. En el siglo XVI el enfrentamiento con el conquistador español les coartó las posibilidades de desarrollarse culturalmente. Vale aclarar, que pese a todo han logrado sobrevivir en el tiempo constituyendo un importante segmento de la población en el país. En cuanto a la conquista española, se puede señalar que cuando los blancos llegaron desde un mundo distinto no les resultó sencillo entenderse con los pueblos autóctonos. Un nuevo país surgiría a base de violencia, dolor y sangre. Esa confrontación fue, sin embargo, generadora de una estirpe nueva, los criollos o mestizos americanos, que protagonizaron las gestas de la emancipación. En el trayecto se crearon minorías que, como lo señalaba Octavio Paz en sus agudas reflexiones de los años cincuenta, fueron desarraigándose tanto del tronco hispánico como de la raíz indígena.
Luego en el siglo XIX, comienza la afluencia de inmigrantes europeos buscando nuevas posibilidades. Nuestras dirigencias fueron europeizadas, y como sabemos proclives a considerar el pasado criollo como barbarie. Con rechazos, coincidencia y buscando un pensamiento unificador entre inmigrantes y criollos que habitaban el nuevo país comenzaba otra historia. Los inmigrantes llegaron con el espíritu y las costumbres propias de sus países de origen. En el Siglo XX la Argentina se transformó en un crisol de razas y culturas donde se tejió una identidad muy compleja que paulatinamente fue caracterizando a los argentinos. El peronismo, continuador en ciertos aspectos del radicalismo yrigoyenista, venía a dinamizar la cultura popular, sus símbolos y sus emblemas. Se dio también la posibilidad de un aprovechamiento político de los ídolos populares El tango, el fútbol y las pasiones políticas son algunas producciones culturales que hablan de un proyecto que se realizó en un mar de contradicciones ideológicas y costumbristas, pero con la voluntad de crear un país como lo expresa el preámbulo de nuestra Constitución: "para todos los hombres de mundo que quieran habitar el suelo argentino".
La población de nuestro país creció con el aporte de millones de inmigrantes. En los últimos años miles de vecinos latinoamericanos: uruguayos, chilenos, paraguayos y bolivianos pasaron las fronteras y se instalaron aquí trayendo las particularidades de sus costumbres.
Debemos estar convencidos de que nuestro pueblo, perteneciente al grupo de pueblos hispanoamericanos con los que comparte un idioma, una historia y un destino común, posee una identidad cultural, más allá de las diferenciaciones epidérmicas, de la dispersión y la fragmentación propias de ciertos sectores sociales. Existe una fisonomía propia que sentimos como reconocible; un modo de instalarnos en el mundo, una suma de valores, costumbres, afinidades, ritos y manifestaciones, que individualmente podemos ignorar o traicionar, pero sabemos que está, subyacente, como fondo de nuestra cultura.
En lo que atañe a la pregunta acerca de que aspectos particulares representan y caracterizan a nuestra Nación. Podemos afirmar que los representantes más importantes de un país son los símbolos patrios y los símbolos nacionales. La Argentina tiene esos elementos emblemáticos definidos por ley: La Bandera, el Escudo, la Escarapela y el Himno Nacional. Además podemos considerar la flora, la fauna, los minerales, el deporte, la música, etc. El país tiene en lo religioso una patrona nacional que es Nuestra Señora de Luján. Posee además, una flor nacional, el ceibo; un ave nacional, el hornero, una danza nacional, el pericón… Cuántas cosas más podríamos enumerar, pero no es necesario para que se pueda llegar a concluir que la Argentina: "es una ensalada de culturas del mundo, es el resultado de la mezcla de los países colonizadores y de los muchos inmigrantes que vinieron a nuestras tierras". Y para que se pueda afirmar que la madurez cultural de un pueblo se mide por el reconocimiento de su propia identidad.
(*) Profesora y Licenciada en Historia.
