En medio de una polémica que involucra a la Iglesia por denuncias de abusos a menores, el Papa Benedicto XVI encabezó ayer por primera vez la procesión de Domingo de Ramos hasta la Basílica de San Pedro a bordo de su papamóvil.

Desde el Vaticano, el Pontífice dijo ayer en la misa del Domingo de Ramos que Dios da la fuerza para "no dejarse intimidar por las murmuraciones de las opiniones dominantes", así como la bondad para no rendirse ante la ingratitud.

En las palabras del Papa, observadores vaticanos vieron ayer una referencia indirecta a los escándalos de curas pederastas en EEUU, Irlanda, Alemania, Austria, Holanda, que han colocado en el ojo del huracán al Vaticano y salpicado al propio Pontífice.

Por primera vez en sus casi cinco años de Pontificado, Benedicto XVI, que el 16 de abril cumplirá 83 años, presidió este tipo de ceremonias desde el papamóvil, una medida tomada, según el portavoz, Federico Lombardi, para que sus fieles lo pudieran ver mejor.

Entre ramas de palmas llegadas desde España y de olivos centenarios del Sur de Italia, el Papa, que presentaba buen aspecto, presidió su primer rito de la Semana Santa, una sugestiva procesión que recorrió la plaza de San Pedro desde el obelisco de Sixto V colocado en el centro del recinto hasta el altar mayor. La Iglesia conmemoró ayer la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, ante la presencia de Benedicto XVI, revestido con ornamentos rojos y portando el báculo.