El romance prohibido entre un obispo y una novicia, tema central de la tira Esperanza Mía, levanta la temperatura de la TV (Canal 13), manteniéndose en los primeros puestos del rating desde su estreno en marzo; y, en su versión teatral, la producción fue vista por más de 100 mil espectadores. Sin embargo, el argumento profundiza cada vez más en la historia entre los enamorados, lo que genera escozor entre los católicos practicantes, ya que el celibato en los sacerdotes y la castidad en las monjas es un dogma fundamental para la Iglesia.

Ya cuando se anunció su presentación oficial frente a la catedral, el Arzobispado de La Plata reclamó a Pol-Ka que se suspendiera por considerarla "una ofensa y un acto de provocación a la fe católica". Además, desde distintos sectores se consideró que la trama no respeta la dimensión y vocación religiosa.

En un sondeo de DIARIO DE CUYO Online, la mayoría de los sanjuaninos que participaron, respondieron que la relación entre los personajes centrales resulta agraviante.

"Ninguno de los dos en la serie tiene respeto por la responsabilidad asumida", destacó el padre Gustavo Luna, consultado al respecto. En tanto que el coordinador de ciclos de cine de la provincia, Carlos Cerimedo, apuntó que "como católico provoca irritación"; palabras a las que adhirió la artista plástica Silvia Arce.

Es que el amor del Padre Tomás, ahora obispo, es incontenible hacia Esperanza, quien ha decidido entregar su vida a Dios para estar más cerca de él. Aunque, él trata de no abandonar su camino, la pasión va ganando terreno en su corazón; y así se debate entre su consagración divina y la tentación terrenal.