A una semana del comienzo de la edición 2012 de la Fiesta Nacional del Sol, que se desarrollará en nuestra ciudad y tendrá brillante cierre con el espectáculo coreográfico en el Autódromo El Zonda, es necesario cerrar filas en torno al compromiso que implica ser anfitrión de una celebración multitudinaria con motivación sanjuanina.
Nuestra fiesta máxima que se ha prestigiado en el país, como lo confirman los resultados exitosos de las últimas ediciones, tanto por la cantidad de asistentes del ámbito nacional como del exterior, y por los elogios a la temática del guión que identifica a esta tierra, sus costumbres y su historia. Ahora las expectativas son mayores, y se expresan en cifras de entradas vendidas -agotadas en sectores preferenciales- y una demanda hotelera y de servicios turísticos superior a las expectativas de la organización.
Esta vez todo girará en torno al "Vino argentino, bebida nacional”, que San Juan debe potenciar para que el mundo conozca un polo de desarrollo de la vitivinicultura argentina calificado en calidad e historia. La Fiesta Nacional del Sol se ha fortalecido en el calendario nacional, ocupa un lugar importante, y se debe cultivar para prestigiarla como una manifestación cultural de los sanjuaninos. Desde la óptica institucional debe ser una política de Estado para que su esplendor trascienda los cambios democráticos, e íntimamente como un legado generacional con participación social activa. No cabe los oportunismos políticos ni las manifestaciones circunstanciales tendenciosas y sectoriales, con el doble propósito de lanzar un mensaje ideológico y opacar el brillo de un festejo popular sin tintes especulativos.
El vino, leit motiv de la celebración, junto con espectáculos musicales, desfiles, bailes y actividades artísticas, despliega una comedia que plantea el conflicto entre personajes representantes de dos universos culturales, uno foráneo y otro autóctono, relevantes en la historia de nuestra bebida nacional. Así nacieron las grandes fiestas mundiales, como Oktoberfest (festival de octubre), o Fiesta de la Cerveza, que se celebra en la ciudad alemana de Munich desde 1810, con 6 millones de visitantes anuales y réplicas en todo el mundo, como es la Fiesta Nacional de la Cerveza en Villa General Belgrano. O la Tomatina de Valencia, y San Fermín, en España, o el Carnaval de Río, para citar algunos íconos mundiales.
Es el espíritu que debe impulsar a nuestra Fiesta Nacional del Sol a ocupar un plano exclusivo y convocante del turismo internacional. Para eso se requiere pasión y voces a suenen al unísimo comprometidas con un fin superior.
