No se trató simplemente de un gol mal o bien convalidado. Lo curioso fue que el árbitro Néstor Pitana fue a consultar al segundo asistente, Francisco Noguera, quien había marcado una posición adelantada, y decidió convalidar el gol. Hasta ese momento reclamaban los de Rafaela y obviamente inmediatamente después los que pusieron el grito en el cielo fueron los de San Martín.
¿Por qué Pitana no tomó directamente la decisión? ¿Porque no tenía elementos para decidir por sí solo? Y si fue a consultar al asistente ¿por qué decidió lo contrario? El reclamo del defensor Lucas Landa al cuarto árbitro, Carlos Stecla -el que está junto al equipo de la televisación del encuentro en el campo de juego-, también fue llamativo porque ¿qué influencia puede tener en las decisiones el cuarto árbitro? Landa, apoyado con gestos, le recriminaba a Stecla que le había dicho algo por el intercomunicador a Pitana.
Landa fue protagonista también de la polémica jugada. En un tiro libre a favor de Rafaela, Juárez envió el centro al corazón del área. Al momento de partir la pelota, el delantero Carignano se encontraba en clara posición adelantada. En el trayecto del esférico, Landa intentó despejar pero en su salto lo que hizo fue darle un pequeño desvió al viaje de la pelota para que aterrice en el arco del verdinegro.
Se puede discutir si la posición de Carignano influye o no al arquero Ardente en la jugada. Si fue off side pasivo o si, aún no habiendo tocado el balón, influye de algún modo en la jugada.
El hecho fue confuso y Pitana actuó de manera tal que contribuyó más al enredo. Si se apoyó en el dato brindado por el cuarto árbitro (que lo obtiene de la repetición en la televisación) entonces el debate trasciende la frontera de las circunstancias del partido, porque recibió apoyo tecnológico, fuente de tantas discusiones y prácticamente impedido por las autoridades de la FIFA.
Hasta esa jugada, sucedida a los 36 minutos del complemento, Pitana había tenido un desempeño sin complicaciones. Las amonestaciones que aplicó fueron correctas y no había sucedido otra jugada que despertara realmente polémica.
El hecho que se produjera en la recta final del encuentro esta jugada potenció más la queja del público y de los jugadores, que hasta ahí tenían controlado el partido. Y ese gol no sólo impidió el triunfo del local, sino que el golpe anímico fue tan fuerte que se evidenció en las facilidades que tuvieron los jugadores de Rafaela para lograr el segundo, que dio vuelta el marcador. La historia ya se había dado vuelta con un gol que tardó mucho tiempo en ser convalidado, el suficiente para ver la repetición en la tele.
