�La especialista en Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable, Verónica Huergo, aclara que los jóvenes son un grupo vulnerable a contaminaciones auditivas por la exposición a altos ruidos: “generalmente se exponen a volúmenes de sonido superiores a los recomendados. Por ejemplo, al asistir a un recital o boliche”, detalla.
Es importante saber que la presión de la audición se mide a través de decibelios (dB) y que esta medida se vuelve dañina a unos 75 dB; dolorosa, cuando se perciben alrededor de los 120 dB y a los 180 dB puede causar la muerte. Por eso, la Organización Mundial de la Salud estableció que el nivel de tolerancia es de 65 decibelios, lo máximo que puede soportar el oído humano sin lastimarse. Al usar auriculares, la magnitud del ruido llega a 111dB.