Hace medio año le daba con otro tanto suyo la salvación definitiva del descenso a Racing. Ayer con un alarido tan significativo como el marcado con la Academia ante Belgrano por la Promoción, se quedó como el héroe del día. En este caso por marcar el tanto que le brindó el séptimo título local a Vélez. Se trata de Maxi Moralez, quien paradójicamente apenas convirtió el gol y metido en la euforia de la celebración, se sacó la camiseta y como recibió la segunda amarilla terminó expulsado. Algo, que más allá del lamento en el momento, quedará en una simple anécdota.

"Cuando marqué el gol me olvidé que estaba amonestado. Justo en ese momento no pensé en nada, pero le pido perdón a mis compañeros por haberlos dejado con un jugador menos en el final del partido", sostuvo Moralez y agregó "no podía jugar más. Si no me hubieran expulsado igual no hubiese podido seguir porque estaba acalambrado", agregó.

Moralez, que llegó este año a Vélez, aseguró que su equipo es "justo campeón" porque fue "superior" a todos los equipos del campeonato. "Se armó un equipo para salir campeón y lo conseguimos. Fuimos superiores a todos, perdimos un solo partido, levantamos partidos complicadísimos, empatamos con diez con Lanús y hoy le ganamos merecidamente a Huracán", enumeró.

Vélez se consagró campeón con 40 puntos, dos más que Huracán y Lanús, los dos rivales que enfrentó en las últimas dos fechas. "Ellos hicieron tiempo, se metieron atrás y nosotros buscamos el partido. Sabíamos que sólo nos servía ganar. No nos desesperamos porque teníamos 90 minutos para hacer un gol. Por suerte llegó al final", puntualizó.

Moralez, por último, destacó "los cambios" que hizo el técnico Ricardo Gareca para conseguir el triunfo, principalmente el de Joaquín Larrivey por Gastón Díaz. "Atacamos por arriba y por abajo. No nos rendimos nunca. Ahora nos merecemos festejar porque somos campeones", concluyó.

Otra alegría para Moralez. Igual que hace seis meses, a Maxi, de 1,60 metros de altura, se le dibujó una gran sonrisa.