San Juan, 14 de septiembre.- Transcurrían 41 minutos de la etapa final y Godoy Cruz ya ganaba 2 a 1. Fabricio Angileri pegó una fuerte patada y el árbitro Pompei no dudó en mostrarle la roja. El volante, protestó, tomó una piedra que le arrojaron desde la tribuna, se la entregó al juez de línea y, escoltado por la policía, se retiró del campo de juego frotando sus brazos, haciendo alusión al supuesto frío de la parcialidad local. Un desubicado.
