Los partidos del Pentagonal final no son iguales que en las etapas anteriores y Unión se topó con esa realidad el miércoles en Salta cuando cayó por 1-0. Cada uno de estos cuatro juegos (lleva dos disputados y ganó el primero) que separan a cinco equipos del ascenso al Argentino A son sumamente complicados y el más mínimo error te puede hacer tirar por la borda todo un año de trabajo. Unión cometió desaciertos y comprobó que al norte del país llegó con un equipo al que le faltó recambio.

Después de un primer tiempo donde nunca pudo ponerle un cerrojo al andarivel derecho de Gimnasia, que con Renato Riggio a la cabeza, hizo un surco con clase y experiencia para vulnerar siempre las marcas y asistir a sus compañeros. Eso lo notó siempre Cabello, pero no pudo contenerlo y se le hizo más duro cuando Matías Monassa se fue lesionado en el primer tiempo y perdió marca, justo por ese sector. Ya que el ingreso de Matías Guerra fue para la creación, por sus características.

Que no haya podido jugar de entrada Daniel Gómez en el fondo también trajo sus consecuencias, porque si bien su lugar lo ocupó, otra vez, el Cano Gómez con buen resultado, en el medio Adrián Galván dejó jugar mucho, evidenció una brecha grande que el Albo rápidamente aprovechó y ahí fue donde se notó la ausencia de Jorge Chica o hasta el mismo Cano.

Mientras que la función creativa Walter Estrada nunca la encontró y a Guerra no le llegaba la pelota.

Adelante el empuje de Santiago Ceballos y las escasas apariciones de Federico Acevedo fueron consecuencia de todo lo anterior. No poder controlar las subidas, no cortar en el medio, tener poco contacto con la pelota y encima ya perder a los 19′ del periodo inicial.

El segundo tiempo apareció el Unión que logró la clasificación en Mendoza, el mismo que el sábado pasado superó en la primera fecha de esta fase a Guaraní de Misiones. El del amor propio y la fuerza de voluntad. Pero está a la vista que en este tipo de circunstancias, o por lo menos como sucedió en Salta, no alcanzó.

Porque si bien en el segundo parcial se adueñó de las pelotas y Gimnasia se aferró al gol y se metió atrás, no creó situaciones netas de gol como para justificar su remontada. Allí aparece lo dicho por Cabello post derrota: "Hicimos los méritos como para empatar pero no pudimos. Igual, este equipo demostró personalidad". ¿Pero a esta altura alcanza con eso?, porque el mismo DT reconoció que le faltó tener en el banco otro delantero, ya que Agustín Quiroga (el único que estaba entre los suplentes e ingresó) tiene otras características de juego. Y el miércoles faltaba la capacidad y empuje dentro del área de una topadora como Jorge Steiner, o la experiencia para sacar algún provecho de ello del Gino Laciar, pero ambos están suspendidos y ese precio tan alto de no tener otra alternativa ofensiva lo pagó con una derrota que está a tiempo de revertir, pero que si hubiese por lo menos empatado, hoy sería el único líder en su zona.

Derrota que duele, pero que sirve como signo de alerta, para que no vuelva a suceder y poder conseguir el ascenso.