Todo comenzó cuando una persona, que fue descrita como "alterada", llamó el viernes a la policía del estado de Nueva York para informar que "una mujer había muerto congelada" en un auto estacionado en la ciudad de Hudson. Según los medios locales, cuando los oficiales acudieron al lugar encontraron a "una persona inmóvil" que tenía el cinturón de seguridad puesto en el asiento del pasajero.
 

 

El auto estaba cubierto de nieve lo que sugería que había estado en el exterior durante la noche bajo temperaturas de unos -13ºC. Cuando la policía entró al vehículo para rescatar a la mujer, descubrió que se trataba de un maniquí.
 

Los oficiales rastrearon al dueño, que se quejó de las acciones de la policía, que rompió el vidrio del auto. El jefe Moore dijo que tenía un mensaje para los dueños de maniquíes. "Sólo para aclarar las cosas, todos los ciudadanos de Hudson serán notificados de que si estacionan su vehículos cerrados en la calle en temperaturas de menos cero grados con un maniquí de tamaño real sentado dentro de éste, romperemos sus vidrios".