Tiene 54 años, es oriundo de Angaco y se recibió de médico cirujano en Córdoba en 1985. Pero desde el miécoles en la noche, quedó privado de su libertad y su continuidad en el ejercicio de su profesión empezó a correr un serio riesgo por la presunta comisión de un delito grave: según fuentes judiciales y policiales, Oscar Jorge Flores está sospechado de hacerle un aborto ilegal a una joven de 24 años (madre de cuatro chicos) que concurrió a verlo en compañía de una amiga para eliminar a su feto de casi dos meses de gestación. Según las fuentes, cuando comenzó a realizarse el operativo, la joven fue encontrada en la camilla con un apósito con sangre en su zona genital y restos de placenta en un tacho de basura.
El dato de que Flores practicaba abortos en la casa que alquila para vivir con su madre desde hace 9 años en calle Estrada al 162 Oeste, en Trinidad, Capital, había llegado a los policías de calle de la seccional 2da. (el oficial Adrián Servant y el cabo Mario Cárpena) hacía tiempo. Pero el miércoles en la tarde pudieron confirmar la versión y entonces la juez de Instrucción María Inés Rosselot resolvió aplicar la mayor rigurosidad al asunto: envió a encabezar el allanamiento al secretario del juzgado, Eduardo Gallardo, quien llegó al lugar con el jefe de la 2da, comisario inspector Rubén Marinero, personal de la seccional, peritos y un médico legista.
Según las fuentes, este último profesional confirmó que eran restos de placenta lo que había en un tacho de basura y fue clave también en el secuestro de elementos ligados a la maniobra: analgésicos, antibióticos, alcohol, descartables e instrumental quirúrgico o sábanas con manchas de sangre, entre otros.
El operativo comenzó alrededor de las 20 del miércoles y se prolongó hasta las 2 de ayer. Cuando llegaron, en el lugar estaban la empleada doméstica, la amiga de la joven que abortó y la anciana madre del médico. Según las fuentes, informalmente la madre, la empleada y la amiga de la joven negaron saber de esa práctica ilegal. Y hasta la propia joven que se sometió al legrado (ayer internada bajo arresto en el hospital Rawson) habría dicho que llegaron ahí de urgencia porque tenía una hemorragia.
Ayer, el abogado del médico, Ismael Hidalgo, negó que su cliente hiciera abortos y remarcó su estado de inocencia. Pero los pesquisas aseguran que hay pruebas suficientes para sostener la sospecha. El aborto consentido es un delito que se castiga con penas de 1 a 4 años de cárcel y, en el caso del médico, hasta el doble de inhabilitación para ejercer su profesión.
