San Juan, 8 de septiembre.- Desde lejos llama la atención, pero desde cerca es sorprendente. Se trata de un grupo de chicos que “por casualidad” se juntan diariamente en la esquina de 25 de Mayo y Félix Aguilar, en el Parque de Mayo, a desarrollar distintos tipos de actividades corporales.
Es un “mini circo” que se ha instalado desde ya un tiempo. Sus integrantes, unos diez jóvenes de entre 18 y 25 años, realizan diferentes acrobacias con distintos elementos. Destrezas en tela, saltos en sunchos, paseo en monociclo, malabares y hasta dos trompetistas se encargan de ponerle ritmo a las acrobacias de sus colegas.
Hay una tela colgada de una de rama de un árbol a unos siete metros de altura, en la que la profe Analía Velasco, junto a la cordobesa Victoria Rovira y la sanjuanina Georgina Videla, realizan sus acrobacias. Sus movimientos en las alturas son increíbles. Deslizan sus cuerpos como si estuvieran atadas a la tela. Comienzan a hacer figuras a medida que van a escalando y llegan a la cima.
Analía, oriunda de Buenos Aires y profesora de un gimnasio capitalino, comentó a DIARIO DE CUYO ONLINE que esta modalidad se denomina “Arte Circense”. Consiste en la realización de acrobacias en trapecio, tela española, cuerda y otros elementos.
“Esta modalidad es nueva y para desempeñarla se requiere de un buen estado físico, mucha técnica, entrenamiento de gimnasia artística y danza. También un precalentamiento de por lo menos 40 minutos”, explicó Analía, quien agregó que “el objetivo es abrirle la cabeza a los chicos sanjuaninos con este tema”, algo que parece cumplirse a la perfección, ya que gente de todas las edades que hace ejercicios en el Parque se detiene a observar sus movimientos en el aire.
Analía, Victoria y Georgina se instalan todas las tardes en el Parque. El lugar es como una especie de campamento sin carpa. Preparan el mate, cuelgan la tela y comienzan a ensayar. El próximo gran objetivo es presentarse en un festival en Valle Fértil, en el que se fusionarán con músicos folcloristas que practican malambo y zamba.
Pero el recorrido no termina ahí. A los pocos metros hay dos sunchos atados a tres árboles en los que Emiliano Méndez, Renzo Ferrón y Felipe Carnich realizan distintos tipos de saltos. Caminan haciendo equilibrio, se dejan caer y vuelven a elevarse como si nada para continuar con otra pirueta. “Es como un deporte para mi, estoy entrenando para competir en un torneo en Santa Fe”, dijo Felipe.
Al costado de ellos se ubica Franco Verón, un malabarista que hace piruetas con cualquier objeto. También se puede observar a Juan Pablo Suárez andar en una monociclo, quien lo hace a la perfección y con un gran equilibrio.
Y por último, quienes le ponen ritmo a todo el “mini circo” son Sebastián Sosa y Adrián Rosales, dos estudiantes de música que tocan la trompeta que en sus ratos libres se cruzan al Parque para inspirar a los demás chicos.
El espectáculo es digno de ver. Además, la buena onda de los chicos atrae al público. Siempre están dispuestos a hablar con aquellos que se acercan a preguntarles en qué consisten las acrobacias. Tampoco se necesita inscribirse para sumarse al grupo, puede hacerlo cualquier persona. Eso sí, el que intente imitarlos debe estar muy bien preparado porque se requiere de un gran entrenamiento previo.
