No había sido una buena noche para Eugenia Bazán (24). Luego de desvelarse a causa de un intenso dolor de muelas que también le había tomado uno de sus oídos, el sueño la venció y quedó profundamente dormida. Lo que no imaginó la joven fue que su despertar estaría lejos de ser tranquilo. Sobre las 9 de ayer, el segundo de sus cuatro hijos, Lautaro (7), la sacó de la cama para decirle que una hermana de la mujer, de apenas 2 años, había prendido fuego en la cucheta del otro dormitorio. Pero era mentira. Según la joven, el niño trataba de ocultar así su propia travesura con un encendedor, pero como las llamas y el humo ya invadían toda la casa, lo único que atinó a hacer fue a sacar hasta la calle a sus tres chicos y también la garrafa. Y ponerse a tratar de controlar el problema con sus vecinos, que minutos después extinguían el fuego, precisó la propia dueña de casa.
Fue un despertar bastante dramático para esa joven porque dos de los niños debieron recibir asistencia médica al inhalar parte del humo del siniestro, explicó.
Hace dos semanas que Bazán vive sola con sus hijos en esa casa, la 9 de la manzana F del barrio Los Toneles, ubicado en calle 25 de Mayo al Oeste de Díaz, en Chimbas. El barrio había sido entregado por el gobierno el pasado 30 de junio.
Cuando las llamas fueron controladas, la mujer había perdido todo en el dormitorio de los niños, como muebles, la cucheta, la ropa y el calzado. Además, el hollín también había afectado al resto de la casa.
No es el único drama de Eugenia Bazán, pues el chico que inició el fuego tiene problemas de parálisis en medio cuerpo (costado derecho) a causa de un accidente vial, del que se salvó de milagro. El 9 de diciembre pasado el niño escapó de las manos de su abuela y quiso cruzar la calle cuando lo arrolló un automovilista y le quebró el cráneo. Estuvo un mes en coma y sobrevivió, pero quedó con graves secuelas.
