Narradora de desamparos vividos frente al comunismo, la escritora rumano-alemana Herta Müller fue galardonada ayer con el Premio Nobel de Literatura.
Su obra fue premiada por la "franqueza de su prosa", que encarna el destino de las minorías alemanas en los países del centro de Europa que, tras el fin de la II Guerra Mundial, tuvieron que pagar por partida doble las culpas del nacismo.
Según el fallo difundido por la Academia Sueca en Estocolmo, su obra dibuja los paisajes de los desposeídos "con la concentración de la poesía y la objetividad de la prosa".
El fallo califica a la escritora como una "cronista del día a día durante la dictadura", que sufrió el miedo durante su infancia en Rumania y dejó un impresionante testimonio de aquellos años en sus obras.
Desde comienzos de los 90 y con la traducción de sus obras a más de 20 idiomas, Müller se ha consolidado como una de las autoras más importantes del panorama literario internacional.
La escritora, que vive en Berlín desde 1987, nació en Nytzkydorf, un pueblo rumano de habla alemana. Müller, de 56 años, creció en la Rumania comunista.
Es conocida por obras como "The Land of Green Plums", dedicada a sus amigos rumanos asesinados bajo el mandato comunista de Nicolae Ceausescu.
Nacida en 1953, en una familia de la minoría alemana, su madre fue deportada por comunistas rumanos a campos de concentración de la Unión Soviética por su la supuesta complicidad con los nazis, atribuida entonces a todos los alemanes étnicos del país.
Esa experiencia ha quedado retratada en "Atemschaukel" (2009), su última novela, un intento por desentrañar lo que se escondía detrás del silencio de su madre y de otros muchos rumanos-alemanes de su generación que no se atrevían a hablar de su época en la URSS.
La novela, calificada por algunos críticos de obra maestra, tiene por protagonista a Leo, un chico de 17 años que cuenta el infierno que pasó en un campo de trabajo soviético.
El muchacho está acompañado por su "ángel del hambre", que lo tiene agarrado del cuello constantemente: "Quería comer despacio, porque quería disfrutar más tiempo de la sopa. Pero mi hambre estaba sentado como un perro delante del plato y se la tomaba", narra en la obra.
Primer escritor con raíces rumanas en conseguir el premio de la Academia sueca,
Müller fue perseguida por la policía secreta por su oposición al régimen desde círculos germanófonos y por su negativa a colaborar con la policía secreta. En 1987, acabó escapándose a Alemania con su esposo, antes de que Ceausescu fuese derrocado y ejecutado.
Müller, cuyo padre sirvió en las Fuerzas de la SS durante la Segunda Guerra Mundial, estudió literatura alemana y rumana en la universidad en Timisoara, donde se asoció a Aktionsgruppe Banat, un grupo de autores que se oponían a Ceausescu.
Al enterarse de que fue la ganadora, Müller se mostró sorprendida y aseguró que se quedó sin habla, pero que a más tardar espera recuperarla el 10 de diciembre, cuando sea la premiación en Estocolmo.
