Pusieron las manos en una bandera para dar su apoyo, cantaron en círculos con mensajes religiosos, las chicas se colocaron globos para simular vientres maternos, pintaron pancartas, se sacaron fotos con una imagen del Papa en tamaño real y fundamentalmente corrieron entre 2 y 6 kilómetros por las calles céntricas con un mismo objetivo: dar un mensaje pro vida. Fue en el II Maratón por la Vida y la Familia, que se realizó ayer y que tuvo 3.000 participantes, 500 más que en la edición 2013. Fue un récord de convocatoria que reafirmó la misión de la prueba, organizada por la Municipalidad de la Capital y la Acción Católica.
Familias enteras, jóvenes, niños, abuelos, madres con sus chicos en changuitos, papás con los hijos en los hombros y hasta atletas llevando a sus mascotas protagonizaron la prueba, que tuvo una rama competitiva y otra participativa, que fue la más numerosa. El maratón se largó frente al edificio de la Municipalidad y por la cantidad de gente se armó una larga columna de atletas.
Fue tal la cantidad de participantes y sus distintos ritmos (algunos salieron corriendo a toda velocidad y otros caminando), que por muy pocos minutos los primeros en llegar a la meta no se encontraron con los últimos en salir. La rama competitiva llegó hasta la Plaza 25 de Mayo y de ahí regresaron al punto de partida, mientras que los competitivos fueron hasta Concepción, para volver nuevamente a Ignacio de la Roza y Caseros.
En algunos puntos se armaron embudos de corredores, por lo que los atletas no tuvieron problemas en subirse a las veredas y seguir compitiendo por ahí. Hubo, a su vez, participantes que en todo el recorrido llevaron banderas y pancartas con mensajes contra el aborto.
Por su parte, tanto en la salida como en la llegada, hubo animación y música y hasta realizaron controles médicos y body painting sobre las panzas de las embarazadas.
También hubo tiempo para algunas oraciones y la fiesta se cerró con sorteos y premios.
