"El me decía: «mami, no nos dan guantes ni botas, tenemos que agarrar el excremento con las manos», ponga eso, porque a mi hijo no le daban ninguna seguridad de nada". En medio de un llanto lacerante, Norma Muñoz criticaba, intentaba descargar su bronca, su impotencia, su dolor. Eran las seis de la tarde de ayer, y la mujer, quebrada, se resistía a creer lo que para la policía era un hecho casi seguro: la muerte de Rodrigo Muñoz (26 años, padre de un nene de 3) luego de haberse intoxicado y caído a un caño cloacal en Santa Lucía. El dramático caso pudo haber sido más trágico porque un compañero, Nicolás Vargas (35), intentó rescatarlo pero también se intoxicó y fue arrastrado casi 200 metros por el mismo caño. Se salvó por la rápida actuación de sus compañeros y un vecino que atravesaron una escalera en una de las bocas de registro, y arriesgaron sus vidas para sacarlo usando una manguera. También fue clave el aporte de un médico, que pasaba por ahi y le dio los primeros auxilios.
Anoche, al cierre de esta edición y luego de varias horas de búsqueda en unos 300 metros de cañería por parte de los bomberos a cargo del comisario Rogelio Alcayaga, se analizaba romper un tramo del entubado (por Colón, al Sur de Roque Sáenz, Santa Lucía) para sacar el cuerpo de Rodrigo Muñoz.
Todo pasó alrededor de las 16,40 de ayer en una boca de registro de la nueva construcción cloacal en la calle Roque Sáenz Peña, unos 200 metros al Oeste del cruce con Colón, en Santa Lucía. Según reveló a este diario Nicolás Vargas (empleado igual que Muñoz de "Federico Hnos.", firma contratada por OSSE) él operaba una retroexcavadora para realizar la conexión de la cloaca al complejo habitacional "Altos de Santa Lucía", mientras veía como Rodrigo se metía por una de las bocas de registro.
Fue hasta que dejó de verlo y cuando se asomó lo vio desmayado, tratando de aferrarse a las paredes. Entonces avisó a sus compañeros y cuando miró otra vez, Rodrigo era arrastrado por el caudal de agua y restos cloacales. Ahi aceleró la retroexcavadora, abrió la tapa de la boca siguiente (a unos 50 metros) y se metió a intentar salvarlo. Y aunque llegó a sujetarlo por la espalda, lo vencieron los gases y también fue arrastrado por la corriente.
Entonces los que corrieron fueron sus compañeros, que con la retroexcavadora sacaron la tapa de la próxima boca de registro y con un vecino lanzaron una escalera que topó a Vargas casi 200 metros después, en el cruce de Colón y Roque Sáenz Peña. Ahi pudieron sacarlo y asistirlo, pero nada se supo de Rodrigo, supuestamente atascado en un tramo de arenas y barros cloacales.
Ayer, todas las miradas estaban puestas en las medidas de seguridad que debían tener los obreros y, al parecer, no tenían. "En la Subsecretaría de trabajo denunciamos que debían hacer inspecciones para que esto no pase", dijo Alberto Tovares, de UOCRA. "Es muy prematuro opinar sobre eso (por las medidas de seguridad)" dijo a su vez el presidente de OSSE, Adrián Cuevas. También llegó el director de Policía de Trabajo, Daniel Lucero, quienes intentaban determinar porqué razón no se controló que Muñoz se metiera al caño, por lo menos con una soga atada al cuerpo, dijeron fuentes de ese organismo.
