Gastón Fabián Agüero (36) pasó los últimos momentos de su vida como más quería: divirtiéndose, animando una juntada con amigos, empinando la voz para darle fuerza a esas canciones de folclore que tanto le gustaban. Tal era el gusto por cantar de ese hombre que durante la semana se ganaba la vida en una gomería ubicada en calle Colón casi Sarmiento, que en su círculo se había ganado el apodo de ‘Chaqueño’, por el renombrado Palavecino. Así lo recordaban su familia y sus conocidos ayer en el asentamiento San Judas Tadeo, en Alto de Sierra, Santa Lucía, donde vivía con su madre y sus dos hijos, un varón de 8 años y una nena de 7 que quedaron a su cargo cuando se separó de su mujer.

Precisamente a esa humilde vivienda volvía ayer en la madrugada en su moto, cuando su recorrido se torció hacia la peor de las suertes.

En la Policía suponían que minutos después de las 5.30 de ayer, Agüero circulaba hacia el Este por avenida Libertador General San Martín en su moto Daelim 50cc., cuando se cruzó de carril y enfiló derecho hacia uno de los hierros del refugio construido para esperar el colectivo en la Plaza de Alto de Sierra, justo en el cruce con el callejón Ramírez.

Después del violento impacto quedó tendido con moto y todo en uno de los pasillos del paseo público, sin ninguna chance: un fuerte golpe en la cabeza había terminado con sus días, porque no llevaba puesto ningún casco, informó su familia y fuentes policiales.

La principal hipótesis de los parientes de Agüero y en la Seccional 5ta de Santa Lucía, a cargo de la investigación, es que el motociclista pudo quedarse dormido pues había pasado la noche con unos amigos en la Villa Don Arturo.

‘Era la chispa de la familia, no tenía penas, era una persona muy alegre. Le decían ‘Chaqueño’ porque le gustaba mucho cantar, principalmente folclore. La verdad es que lo vamos a extrañar y mucho’, dijo ayer Gabriela, una de las hermanas de Gastón.