Fue un simple resbalón, pero tan peligroso que le costó la vida a un obrero de apenas 21 años ayer en la mañana dentro de una calera de Sarmiento. Fue exceso de confianza o posiblemente también fallas en los controles de seguridad. Es que el joven operario aparentemente intentó quitar unas piedras atascadas en una máquina y se precipitó dentro de una gran trituradora. Murió de una manera atroz, aprisionado por una pesada plancha de hierro. Su cadáver salió por una cinta transportadora.
Franco Rodrigo Estrella estaba solo en ese sector de la Calera San Juan. Nadie vio la caída ni escuchó sus gritos. Se enteraron por casualidad. A Bernardino Vargas, el encargado o supervisor, le extrañó que las máquinas siguieran funcionado y que Franco no estuviera en la cabina de comandos, comentó un jefe policial. De pronto observó unas manchas rojas (era sangre) sobre la cinta transportadora, entonces imaginó lo peor.
Eran las 9 de ayer cuando encontraron el cadáver de Franco Estrella en las parrillas de una inmensa zaranda, dentro del predio calero de la ruta 901 de la localidad sarmientina de Cienaguita, indicó el subcomisario Enrique Tascheret, jefe interino de la Subcomisaría de Los Berros.
Hacía algo de dos años que Estrella estaba en la Calera San Juan. Con cinco hermanos y padres obreros rurales, trabajó desde muy joven, comentó un compañero. Tenía mujer y en los próximos meses iba a ser papá. Todos los días se trasladaba en moto de su casa en Media Agua hasta esa empresa. Ahí operaba la sala de comandos de la planta donde se vuelcan las piedras, las trituran y luego las transportan por una cinta hasta una gran zaranda para clasificarlas.
En la Calera San Juan se negaron a hablar. De acuerdo a la versión policial, los camiones tiran las piedras en lo que llaman la planta de alimentación, que tiene una boca o tolva (esto desemboca en una segunda tolva, pero de la trituradora). La hipótesis es que algunas piedras quedaron atascadas ahí. Franco quiso sacarlas o empujarlas con una barreta, pero aparentemente no se puso el arnés de seguridad que se engancha a un cable, explicaron. Esto justamente para sujetarlo en caso de caer. Las máquinas estaban funcionando. En esa maniobra, el obrero habría resbalado y se cayó dentro de la tolva de la máquina trituradora. La plancha que mediante presión destroza las piedras, mató en el acto al jovencito. Su cuerpo fue despedido por abajo y la cinta transportadora lo llevó por un tramo de 45 metros hasta la parte superior de la zaranda (a 35 metros de altura). Los bomberos, a cargo del principal Pedro Noriega, junto a los otros policías con el subcomisario Tascheret ayudaron a bajar el cadáver desde lo alto. La víctima solo tenía un corte en el rostro, pero aparentemente presentaba múltiples fracturas. Carlos Estrella, el padre del obrero muerto, se enteró por los vecinos de la tragedia y fue hasta la empresa, pero no lo dejaron entrar. El hombre después se desmayó de los nervios.
