�”Luis y Matías coinciden en que Ghana es un país muy caro. Una hamburguesa cuesta diez cedis (la moneda ghanesa), que serían cinco dólares. Eso como económico, pero en un restaurant un plato de pastas cuesta entre 25 a 30 dólares. Ellos tratan de comer pizzas, que es lo más común para los argentinos, ya que la comida ghanesa es súper picante”, según el papá de los chicos.
“Tras admitir que la plata no les alcanza, cuentan que con diez dólares compran una tarjeta para hablar diez minutos por teléfono a Argentina. Por eso sólo llaman a San Juan una vez por semana. Lo bueno es que tienen internet que es más económico. Luis pudo comprarse un módem”, agregó José.
Por su lado, Rosana Mercado, madre de los chicos, contó que cuando los hermanos “salen a pasear, los ghaneses se les acercan para hablarles. Los habitantes de ese país no están acostumbrados a ver gente de nuestro color, porque Ghana no es un país turístico. Para los tripulantes argentinos, todo eso es muy raro y muy cómico. También les llamó la atención la polarización social del país: están los extremadamente pobres que viven en la calle o los que son muy ricos y tienen tremendas mansiones”.
Cuando tienen oportunidad andar por Ghana, los hermanos Villafañe suelen hacer paseos de entre dos y tres horas, según su padre. “La gente les empieza a pedir plata. Por eso, a veces prefieren no salir”, agrega José.
“Por momentos, nos ponemos mal cuando vemos por la tele cómo sigue todo en Ghana. Mis hijos me dicen que están bien. Acá en San Juan intentamos tranquilizarnos entre nosotros mismos. Todos están pendientes. Mis hermanos, mis cuñados. Todos nos llaman para saber cómo están los chicos. Ellos aman esto y eso me pone orgulloso”, remató.
