La Ciénaga es uno de los lugares paisajísticamente más atractivos de la provincia, pero a la vez su gente vive en condiciones muy precarias. Tan lindo es el paraje, que fue declarado Area Protegida por parte de Medio Ambiente provincial, gracias a sus formaciones geológicas, la enorme variedad de aves (allí incluso se realiza la liberación de pájaros decomisados a cazadores furtivos) y sus vertientes cristalinas. Precisamente esta belleza natural es lo que quisieron aprovechar los habitantes del pueblo cuando empezaron a quedarse sin gente, debido al éxodo en busca de actividades de desarrollo. Es que en sólo tres años la población disminuyó de 11 a 3 familias, convirtiendo a La Ciénaga en uno de los poblados a punto de desaparecer en todo el país. Cuando la gente del lugar decidió apostar al turismo como forma de retener a los jóvenes y de darle más impulso a la zona, surgió la urgencia de instalar un acueducto y proveer de agua potable a locales y visitantes, con un sistema propio. Esto llevó al municipio y OSSE a elaborar el proyecto y salir a buscar financiamiento en la Nación, para poder llevar adelante la obra. Pero mientras tanto, La Ciénaga sigue siendo un lugar muy postergado. El turismo ahora se asoma como la alternativa. Ya crearon una oficina de informes turísticos en la casa de un vecino, y también se formó a un grupo de custodios y guías que orienten sobre flora y fauna, para que puedan explicarles a los turistas en qué consisten las riquezas de ese Area Protegida de 9.600 hectáreas.
