Fútbol informal y en espacios reducidos y trabajos de fuerza fue la inversión del seleccionado argentino en el segundo día de preparación de cara al Mundial de Brasil, con la única ausencia del volante Angel Di María, quien llegó ayer al país y pasará unos días de descanso en su Rosario natal.
El seleccionado argentino realizó su segundo día de entrenamiento con vistas al Mundial de Brasil en el predio de Ezeiza.
Di María tiene un lugar asegurado en Brasil y la elección que tiene que hacer el entrenador Alejandro Sabella sobre los tres que quedarán marginados, no pasa por su lado.
La densa niebla que cubrió la ciudad demoró la salida de los futbolistas a las canchas del complejo de AFA. Cuando lo hicieron ya estaba disipada la neblina y el sol empezó a atenuar la humedad.
Aunque el trabajo fue a puertas cerradas, se pudo ver desde el exterior del predio aledaño a la autopista Riccheri las tareas en campo. Fernando Gago y Ever Banega, que ya tenían el alta médico, el primero por una distensión y otro por una pulmonía, se movieron sin inconvenientes, en tanto Augusto Fernández salió al campo a moverse con cuidado en el marco del tratamiento apurado para intentar sortear el esguince de rodilla que puede ser decisivo para la elección del entrenador.
No hubo estrategia en el entrenamiento distendido. Empezó el trabajo dividido con los tres arqueros a cargo de Juan José Romero, mientras en un costado Messi, Mascherano, Federico Fernández, Aguero, Basanta y Alvarez hacían un reducido ante Zabaleta, Demichelis, Maxi Rodríguez, Banega, Palacio y un sparring.
A un costado, otro grupo hacia trabajo de fuerza, a los que luego se fueron sumando los que dejaban el reducido.
Sobre el final de la práctica, hubo un diez contra diez: Por un lado, con camisetas blancas: Messi, Mascherano, Aguiero Basanta, Otamendi, Sosa, Biglia, Federico Fernández y Ricky Alvarez, con Romero en el arco. En el otro, con pecheras jugaron Andújar como arquero, Zabaleta, Campagnaro, Banega, Garay, Demichelis, Higuaín, Rojo Gago, y un sparring.
