El fantasma de la Promoción rondó seguido y como nunca en esta temporada 2009-2010 en Sportivo Desamparados. Razones había y que hoy este mismo Desamparados haya llegado a instalarse entre los 10 mejores del Clausura, implica con todas las letras el premio extra para un club que se ha hecho un nombre en el Argentino A y que apuesta a su mística para dar pelea en la Fase Eliminatoria que empieza este miércoles. En una campaña con tres entrenadores, haber cerrado la etapa inicial con la categoría asegurada y con el reencuentro con su gente, redobla el mérito de lo que logró Sportivo. Jorge Vázquez, que apenas duró cinco fechas al frente de Sportivo, pese a su frustrado ciclo tuvo el acierto de traer a Gonzalo Parisi, el goleador de la temporada en Desamparados. Llegó luego la etapa de Luis Recúpero quien reorganizó varias cosas que tenían que ser resueltas de inmediato y en el receso, la apuesta del presidente Miguel Jofré fue darle otra chance a Ricardo Dillon, un técnico que no tenía unanimidad en el seno de la comisión y que debió remar contra eso. El acierto del Flaco estuvo en potenciar lo que había y elegir con gran criterio los refuerzos: uno para cada una de las líneas. Sportivo fue de menor a mayor. Empezó el Clausura con la cara larga después de perder con Alumni pero luego encontró la senda y se acomodó como para pelear bien arriba. Vino el remezón de las derrotas consecutivas contra Huracán en San Juan y Brown en Madryn pero se levantó. Estaba a tiro de la punta y Estudiantes lo cacheteó mal en Puyuta. Hubo resto para ganar los puntos perdidos en San Juan en cancha difíciles como Cipolletti, Tres Arroyos y San Luis. Ahí, Sportivo mostró oficio. Se le dio la chance del premio extra y no la dejó pasar. Se lo ganó en la cancha. Nadie le regaló nada, como siempre.