Por años la Filosofía ha sufrido una especie de ruptura entre el mundo de las ideas y la realidad concreta. Un tema que algunos filósofos como Sócrates y Epicuro, advirtieron desde un comienzo y llevaron el debate a las plazas o a su propia casa. Luego sus seguidores, en algún momento de la historia, intentaron hacerlo con disciplinas denominadas "filosofías prácticas", que en estos momentos comienzan a asomarse como una tendencia de algunos estudiosos de la materia. La idea de reunirse a pensar y aplicar conceptos filosóficos a la realidad cotidiana llega a la provincia de la mano de dos licenciados en Filosofía: Carla Graffigna y Pablo Atencio, quienes instalaron dos espacios para reunir personas -vino o café mediante-, y profundizar sobre temas pre-establecidos con una técnica que lleva a sacar conclusiones grupales.

"A partir de la idea de una filosofía práctica, el doctor alemán Aschenberg creo las llamadas consultorías filosóficas basadas en lo que hacia Sócrates en la plaza pública. Se recupera eso, pero no se trabaja desde la patología si no desde el malestar. La idea es tratar la disociación entre lo que pensamos y lo que hacemos. Eso se trabaja a nivel grupal, ya sea en cafés o vinos filosóficos", explica Atencio.

Los métodos que se pueden usar son variados y depende del moderador (licenciado en filosofía), de acuerdo al modo en que quiera dirigir la charla, siempre pensando la filosofía en una dirección no desvinculada de las preocupaciones reales de la sociedad. Así se exponen preguntas de manera que sean entendidas por la comunidad, permitiendo un diálogo enriquecedor.

Aquí una mirada de cada una estas propuestas que convierten a cada asistente en una "especie de filósofo", aun cuando no tenga ningún conocimiento previo de la materia.