Fuera de su hábitat natural, ese Jáchal que le corrió por las venas y le traspasó el alma; los poemas, las anécdotas y las reflexiones de Don Benito Virgilio Luna no podrían haber tenido mejor marco. Traspasar el umbral del Museo Histórico Agustín Gnecco fue como transportarse a un lugar y tiempo no tan lejanos, pero sí distantes; atiborrados de recuerdos bucólicos, sentires nobles y costumbres camperas. Paso a paso, un recorrido por las salas que atesoran objetos de antaño iba ilustrando amablemente las historias dibujadas por Don Luna, ahora en las voces del Aparcero Mayor Jorge Darío Bence y de Cosme Yáñez; acompañadas con los rasguidos de Rolando García Gómez. Así se hizo, ayer sobre el mediodía, la presentación oficial de "Al rescate del último decidor: Benito Virgilio Luna’, un compilado de "decires’ que fueron rescatados del olvido en un libro de excelente factura (junto a un CD con recitados del autor), por iniciativa del Ministerio de Turismo y Cultura que dirige Dante Elizondo, quien ayer encabezó el acto.
"Esto surgió de la primera presentación que se hizo en Jáchal (NdR: en abril pasado, a una semana de su fallecimiento). Ahí nos dimos cuenta que este libro tenía tanta relación con lo que el museo mostraba. La idea era combinar la poesía, lo que cuenta el decidor, y esto que está guardado hace mucho tiempo, desde épocas coloniales, en este museo’, comentó María Julia Gnecco, anfitriona de esta presentación que se completó con cámaras que iban siguiendo el itinerario y proyectando en pantallas colocadas en el patio, banners con textos de Benito colocados en la galería, personal ataviado con ponchos a tono con la ocasión y dispuesto a satisfacer la curiosidad de los visitantes en cada sala (la cocina, la sala de herrería, la de los oficios caseros, por citar algunas); el recital musical a cargo de García Gómez, Paola Hascher y Raúl Rizzo y un convite criollo y calentito para ahuyentar el frío.
"Sentíamos la responsabilidad profunda de hacerlo, para que este patrimonio cultural intangible no quede en aguas de borrascas o que el tiempo, con su tiranía implacable, termine llevándolo todo, hasta los recuerdos y sentimientos más profundos’, reza en sus conclusiones el libro, no sin agradecer la colaboración de las hijas y al pueblo de Don Benito.
