Un quinielero se resistió a un asalto a sangre y fuego e hizo justicia por mano propia ayer a la noche con dos ladrones. Fue después de que los delincuentes supuestamente los encañonaron con armas a él, a su mujer y a un subagenciero. Cuando uno quiso saltar sobre el mostrador, el comerciante sacó un revólver y abrió fuego. Le pegó un disparo en el pecho a ese ladrón, que luego escapó y cayó muerto en la calle. El cómplice no pudo reaccionar y fue reducido dentro del negocio.
La popular esquina de la agencia de quiniela 189 y maxikiosco "Carozo", en avenida Ignacio de la Roza y calle Juez Ramón Díaz, en Capital, se tiñó de muerte ayer minutos antes de las 22 por un nuevo atraco, aunque esta vez la víctima fue un joven delincuente. La policía identificó al fallecido como Federico Cornejo (también se dijo que sería Cordeje), de 18 años, quien se desplomó y quedó muerto a no más de 5 metros de la puerta del negocio en el momento en que intentaba huir en una moto. Ese jovencito iba con un cómplice, un adolescente que tendría 17 años, el que fue apresado dentro del local. Fuentes ligadas al caso revelaron que ambos serían del barrio Malimán, en Rawson, y aparentemente eran "motochorros" que cometían asaltos al boleo. De hecho, la moto Maverick 110 cc. en la que se movilizaban había sido robada en horas de la mañana en Villa Hipódromo, Rawson, indicó una alta fuente policial.
Los dos ladrones entraron a la agencia Carozo alrededor de las 21:45. Adentro estaban el dueño de la agencia, Luis Coll, de 71 años, junto a su mujer Estela y un subagenciero de apellido Ruarte, que iba a rendir su recaudación, contaron los vecinos. Según las versiones policiales, los asaltantes entraron portando revólveres (les secuestraron dos revólveres calibre 32) y amenazaron a la mujer del dueño del negocio y a Ruarte. Los vecinos de la agencia, contaron que uno de los delincuentes le puso el revólver en la cabeza a Ruarte. Supuestamente, Coll estaba detrás del mostrador y muy disimuladamente tomó su revólver calibre 38 para defenderse.
De acuerdo a los relatos, el otro asaltante quiso pasar o saltar hacia detrás del mostrador, fue ahí que Coll levantó su arma y largó dos disparos. Uno de los proyectiles impactó cerca de la tetilla izquierda de ese ladrón. El segundo tiro fue en dirección del otro sujeto, pero pegó en una pared. Habían versiones que el joven baleado alcanzó a gatillar también su arma, pero no salió el disparo. Entonces quiso escapar, por eso salió a la vereda y corrió a treparse a la moto, pero no le dieron las fuerzas y cayó muerto antes que la hiciera arrancar, comentaron los policías. Su cómplice, el chico de 17 años, se tiró al suelo asustado y fue reducido por los comerciantes, indicaron fuentes policiales.
A los minutos, el sitio se llenó de policías. El comisario general José Luna, a cargo de la Dirección de Investigaciones, junto al juez Agustín Lanciani y el fiscal Alejandro Mattar fueron en persona a supervisar la tarea de los peritos. Ahí constataron que el ladrón fallecido tenía un sólo disparo en el pecho. El otro jovencito detenido, anoche fue llevado a la Central de Policía y también el agenciero, que quedó demorado hasta que se aclare todo.
