Fueron tan sólo dos días en los que hubo partidos, pero la Copa América se empezó a jugar desde los primeros días de este mes y ayer le puso cierre a su paso por San Juan. Por primera vez la provincia acogió y fue subsede de un espectáculo de tamaña envergadura y las huellas positivas que dejó se basaron no sólo en lo futbolístico, sino que otros factores influyeron para levantarle el pulgar y soñar con que otro, de este tipo de eventos, pueda pensar en San Juan para acunarlo.

Hoy la provincia cuenta con un estadio de primer nivel que impulsó su creación por la Copa América y que ahora quedará para siempre. Los 2 días de competencia -4 y 17 de julio-, mostraron al mundo lo que es San Juan y sus bellezas. Generó un enorme impulso turístico y estos invadieron, invirtieron y la ciudad se revolucionó (sobre todo con chilenos). La buena predisposición para los oriundos de estas tierras contribuyó para evitar problemas.

Todos tiraron para el mismo lado y el espectáculo fue el sostén, pero detrás de ello un cúmulo de acontecimientos avaló hechos que son para aplaudir. Después de mucho tiempo, el fútbol volvió a llevar a la familia a un estadio. Figuras del ambiento deportivo y de las otras, hicieron base en San Juan.

El operativo de seguridad para controlar las más de 50.000 almas que asistieron al Estadio del Bicentenario (en las dos fechas) estuvo controlado y dentro del recinto que vio jugar a Uruguay, México, Chile, Perú y Venezuela todo fue diferente. Porque desde su interior no pareció San Juan. Porque este espectáculo se apoderó de todo, para una provincia que tendrá que acostumbrarse a esto, porque en lo deportivo, artístico, social y cultural hubo un crecimiento enorme y se dio un salto largo de calidad que hace tiempo se necesitaba.