En su primera gobernación (1963) Leopoldo Bravo creó la Corporación Agroeconómica Vitícola y Comercial (Cavic) para regular el mercado, usando la vieja estructura que había creado Cantoni. La recicló y entregó a una cooperativa de 3.000 viñateros, que al operar volúmenes grandes lograron orientar y fijar los precios en el mercado. En 1991 la cooperativa quebró y sus bienes fueron rematados. Hubo varios intentos por reflotarla: en 1997 el exgobernador Escobar propuso un complejo cultural y se puso en venta el resto de las bodegas regionales, sin éxito. En 1999 el gobernador Avelín quiso reflotarla y terminó trasladando reparticiones públicas. En 2006 el Gobierno intentó entregarla a productores chicos, pero tampoco prosperó.
