La Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) constituyó un equipo de trabajo para redactar un proyecto de regulación de los aviones sin piloto (drones) cuyo uso civil se intensificó en los últimos dos años y que ya produjo hechos mundiales de gran peligrosidad para el tráfico aéreo, para la privacidad y para la seguridad personal.
La iniciativa argentina se inspira en la recomendación de la Organización de la Aviación Civil Internacional (OACI) que pidió que los países miembros dicten una normativa transitoria, mientras la entidad mundial redacta una norma de carácter internacional para el 2018.
La normativa transitoria podría contemplar dos niveles: una para los artefactos de hasta 25 kilogramos, y otra, algo más exigente, para los que van desde los 25 hasta los de 120 kilogramos.
De todos modos, la ANAC aclaró, ‘de lo que se trata es de regular el vuelo de los aviones sin piloto para que lo hagan en espacios segregados, esto es, con un techo limitado y sin que ingresen a zonas que puedan poner en peligro la aeronavegabilidad de los aviones con piloto‘.
Otro aspecto que está bajo estudio del equipo de la ANAC es que a los pilotos de los drones, que manejan las pequeñas naves a distancia desde una consola, se les tendrá que otorgar una licencia, que implica controles de idoneidad como a cualquier piloto de avión.
Existe un proyecto del diputado radical por Corrientes Agustín Portela, que quiere reformar el artículo 36 del Código Aeronáutico Argentino para considerar aeronaves a los drones, atento a que ‘puedan circular en el espacio aéreo‘ y para ‘transportar personas o cosas‘.
La ANAC no desecha la idea por completo, pero cree que es mejor legislar por separado una normativa regulatoria para los aviones no tripulados, dado que el Código Aeronáutico data de 1970.
Algunas empresas argentinas han manifestado interés por la incorporación de este tipo de dispositivos para transportar objetos, lo que les permitiría entregar con más velocidad las ventas y bajaría en gran medida los costos del flete.
La compañía de logística DHL comenzó a utilizar la semana pasada un dron para entregar encomiendas en la isla alemana de Juist, en lo que asegura es la primera vez que se autoriza un dispositivo volador no tripulado para hacer repartos en Europa.
La firma, propiedad de la alemana Deutsche Post, se une a Amazon y Google en los ensayos para probar el potencial de estos aparatos para repartir paquetes. Su dron -el ‘paquetecóptero‘- puede volar a 65 km por hora y llevará medicinas y otros productos de necesidad urgente a esta isla libre de automóviles, en momentos en que otras formas de transporte como avionetas o transbordadores no estén operando.
La agencia espacial estadounidense, NASA, señaló que el problema con los drones que se usen tanto como fleteros como para otras actividades ‘será el tránsito aéreo‘.
En EEUU, el espacio permitido para los vuelos de drones (que en inglés significa abejorro, insecto que produce un zumbido parecido al de las hélices) está por debajo de los 120 a 150 metros. En las ciudades, hay muchos edificios que alcanzan esa altura y muchos de los aviones sin piloto no cuentan con un radar que les permita evitar las moles de metal y concreto.
Hay otra motivación para regular el vuelo de los drones, que es la seguridad aeronáutica y la de tipo personal. En este sentido, si bien no está probado, tampoco fue despejada la duda sobre si el avión en el que perdió la vida el candidato presidencial brasileño del socialismo, Eduardo Campos, chocó contra un dron. La Fuerza Aérea brasileña había lanzado un alerta de drones a la misma hora en que volaba la nave siniestrada de Campos.
En Alemania, durante la campaña electoral de 2013 en la que puso en juego su reelección, la canciller Angela Merkel tuvo un sofocón inesperado cuando un dron desconocido se le acercó a ella a menos de dos metros mientras daba un discurso. No ocurrió nada, pero fue una advertencia.
También se piensa en la regulación de los drones cuando se habla de privacidad o de resguardo de un bien ante la posibilidad de espionaje industrial o comercial. Lo que se trata de preservar es la intimidad de una vivienda, para que alguien no utilice un dron con el fin de filmar o saber qué está haciendo el vecino.
