Más de 5,3 millones de catalanes están llamados a votar hoy un nuevo Parlamento que decidirá al presidente regional en unas elecciones que serán la primera prueba electoral para el presidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero desde el inicio de la crisis económica.
El nacionalista moderado de Convergencia i Unió (CiU), Artur Mas, parte como claro favorito en las encuestas, por delante del actual presidente de la Generalitat (Ejecutivo autonómico), el socialista José Montilla, quien opta a la reelección con apoyo de Zapatero.
Tras haber gobernado 23 años consecutivos, CiU perdió el Gobierno de Cataluña a finales de 2003 cuando, pese a haber obtenido más votos aunque no suficientes para gobernar en solitario, no consiguió fraguar con otras fuerzas políticas un pacto para gobernar.
Ello abrió la puerta de la presidencia regional a una coalición de izquierdas, encabezada por el Partido Socialista de Cataluña, que gobernó desde entonces apoyada por Esquerra Republicana (ERC), de tendencia independentista, e Iniciativa per Catalunya (ICV-EUiA).
Los comicios de hoy rebasan el ámbito regional y son esperados con expectación por el significado que va a tener su resultado para medir el grado de desgaste causado por la grave crisis que vive España en los socialistas, que encabezan el Gobierno en Cataluña y también el Gobierno central español.
La cita electoral se produce en un momento en el que España es de nuevo acosada en los mercados por los inversores que, tras el rescate de Grecia e Irlanda, miran ahora con desconfianza las economías portuguesa y española.
Pese a que el sentido del voto en las elecciones regionales no suele coincidir con las generales, una debacle socialista en Cataluña puede suponer un duro golpe para el jefe del Ejecutivo español, que perdería uno de sus principales feudos electorales a un año y medio de las elecciones de 2012, a las que no dijo si se presentará.
La previsible derrota llegará en un mal momento, cuando la economía sigue estancada, el desempleo ronda el 20 por ciento y España vuelve a estar en la mira de los mercados financieros que castigan su deuda como consecuencia de los problemas de Irlanda.
La comunidad autónoma de Cataluña, situada en el noreste de España, es el principal polo industrial del país y es la región que más aporta al conjunto del Estado español en términos de PBI, un 18,6 por ciento. Pero los catalanes están sufriendo con especial fuerza la crisis económica, que elevó la desocupación hasta el 17,4 por ciento, con mayor incidencia en barrios periféricos del Área Metropolitana de las grandes ciudades, el conocido "cinturón rojo", que aporta a los socialistas su mayor caudal de votos.
