El calor y el agua están directamente relacionados. Claro que a este dúo inseparable suele sumarse otra acompañante, y nada buena: la otitis de verano que afecta, principalmente, a niños y a adolescentes. Una inflamación del oído externo agudo, distinta a la otitis que afecta al oído medio agudo más típica de estaciones frías y que es tratada de una manera diferente.
El agua, la humedad y el calor constituyen el caldo de cultivo idóneo para la proliferación de bacterias y hongos, que pueden afectar a la flora habitual de la piel que recubre el conducto auditivo externo. Es por eso que los chapuzones en la pileta, en el mar o en el río acarrean sorpresas nada gratas.
La otitis externa es una infección del canal auditivo externo causada por la entrada de hongos o bacterias, y que se produce al exponer los oídos a humedad excesiva y continua como bucear o nadar con la cabeza bajo el agua.
"Al entrar agua el oído queda húmedo y así se convierte en un sitio ideal para las bacterias, pero además las personas tienden a tocarse y rascarse lo que agrava el cuadro. Es muy molesto y una solución es colocarse una gota de alcohol de 96 grados y tomar algún analgésico. Claro que si duele mucho o persisten los síntomas hay que consultar al médico de inmediato", explica Sebastián Lifschitz, médico especialista en nariz, garganta y oído.
Otra forma es usar alcohol boricado que es de venta libre en farmacias, pero se debe tener cuidado ya que el uso continuo puede producir algún tipo de obstrucción.
Para no llegar a puntos extremos lo idea es prevenir el mal. Una posible solución es el uso de tapones de baño, que sellan el conducto y el pabellón del oído y lo protegen de posibles infecciones.
"Hay gente con mayor predisposición que otra para contraer esta inflamación y en ese caso lo ideal sería no meterse al agua, pero como es imposible se les recomienda usar tapones para odios más una vincha o gorro de neoprene para evitar el ingreso de agua", explica Lifsschitz, uno de los especialistas del Instituto Modelo de Otorrinolaringología de San Juan (IMO).
También hay que tener en cuenta que si ingresó agua, ésta se evapora en unas dos horas por lo tanto si pasado ese tiempo existe la sensación acuosa en el interior del oído se debe acudir al especialista.
Otro tema es una correcta limpieza y secado de los oídos ya que "erróneamente se utilizan hisopos y éstos pueden ser muy dañinos para el oído porque pueden lastimarlo, peor aún si es otra persona la que lo introduce, como por ejemplo una mamá con su hijo ya que no sabe que está tocando. La recomendación de Lifschitz es secarlos con un suave paño o toalla hasta donde llegue el dedo.
Más recomendaciones
GAES Centros Auditivos, una empresa nacional dedicada a mejorar la comunicación y la calidad de vida de las personas con problemas auditivos elaboró algunas recomendaciones para tener en cuenta y evitar esta molestia que puede arruinar las vacaciones en familia:
* De viaje: Tener la ventanilla baja mientras se conduce incrementa el riesgo de contraer infecciones como la otitis, debido al exceso de aire en el canal auditivo. Si el viaje es en avión, el despegue y aterrizaje pueden ser molestos para el oído por lo que se aconseja bostezar, espirar aire por la nariz o mascar chicle para facilitar este proceso y disminuir esa incómoda molestia.
*Cuidado con el aire acondicionado: Si la temperatura es muy baja, puede causar la aparición de otitis media, una infección que es más común durante los meses de invierno.
* El mantenimiento de los audífonos: El principal enemigo de las ayudas auditivas en los meses de verano es el exceso de sudoración. La mayor transpiración de la piel en esta época puede perjudicar al audífono, por eso es muy recomendable limpiarlo regularmente con productos adecuados como sprays, toallitas y deshumificadores.
