Vittorio comienza su charla contando cómo se formó la empresa familiar. ‘Turismo Vittorio nace con mi abuelo Vittorio Vateroni inmigrante italiano y mi abuela, Nilda Salcedo. Como negocio secundario tenían una agencia de publicidad. A la muerte de mi abuelo, Nilda (abuela) se hace cargo de todo. Mi padre Mario Vatteroni, Ing. Civil, en ese entonces era subsecretario de obras públicas, trabajaba en el gobierno. Con la muerte de su padre debe involucrarse en el negocio familiar entonces, fue él quien llevó adelante a la empresa, la hizo resurgir y posicionó la marca que hoy es.
Mi incorporación al turismo viene desde siempre, yo nací y el mundo de los mil países ya estaba instalado en mi familia. Viajo solo desde los 13 años por el mundo, creo que éste es el legado más grande que me dieron mis padres aparte de la educación.
28 años atrás mi madre fue la precursora de los viajes a Disney. Por ese entonces yo me recibo de contador, siempre trabajé mientras estudiaba en mi rubro. Una vez recibido y trabajando surgió un viaje para quinceañeras a Disney, yo viajo acompañando a mis padres y me doy cuenta de lo mucho que me gustaba el metier de coordinar y llevar adelante el grupo de viajeros. Pero yo continuaba con mi trabajo fuera de la empresa. Esto duró un tiempo hasta que le tocó vivir un momento duro por una enfermedad de su padre Mario, que hoy ya superó. Ese fue el puntapié para meterme de lleno al negocio familiar’.
El gran desafío
‘El objetivo personal fue y es hacerlo crecer. Yo tenía 22 años por lo tanto se me dio un espacio en el área joven de la empresa, que no estaba desarrollada, Disney. En ese momento era Turismo Vittorio y llevaba entre 40 a 50 pasajeros a Disney, sí tenían un producto fuerte que era Camboriú, con viajes de quinceañeras, que nace después del 2001 para combatir la crisis económica. Siempre Camboriú se mantuvo con 100 a 150 pasajeros, así el producto Disney faltaba explotar.
Empecé a trabajar y lo primero que logré fue la marca ‘Yo Voy’. La trayectoria de lo que es hoy un gran equipo de trabajo comenzó así, continúa Vittorio. Interpretar al adolescente fue el desafío ya que en pocos años este va cambiando de manera vertiginosa y complicada. Esto implicó además mirar a nuestro alrededor tanto en la provincia como fuera de ella, sobretodo Mendoza, La Rioja y San Luis, que es donde podemos llegar. Las falencias nos fueron marcando el rumbo de investigación, donde faltaban actividades durante el viaje o faltaba una combinación entre diversión y seriedad. Aquí surgió la magia del equipo de trabajo, partiendo por estudiar al adolescente (qué quiere, qué necesita, tanto en el período que se le vende el viaje, que tiene 12 o 13 años como en el período que viaja que ya tiene 14 o 15 años). Aquí encontramos dos personas distintas, uno es un niño y el otro un adolescente. Para esto requerimos de la ayuda de un profesional para entenderlo, comprenderlo, y así se incorpora el Lic. Héctor Daniel Castro, él trajo la psicología evolutiva y nos guió para dar solución y aprendizaje a los integrantes del equipo. Esto involucró también a los padres de los viajeros, por tanto somos responsables de la custodia de sus hijos. Así formamos nuestro equipo de trabajo integrado por jóvenes y adultos con lo que logramos seriedad y profesionalismo. Se incorporaron mujeres al grupo, madres y profesoras de educación física, chicos de 18, 21, 24, 43 y 50 años. Una diversidad de edades que permiten hacer posible todos los reglamentos de viaje con adolescentes. El esquema de trabajo lo delineo yo, marcando lo que no se puede hacer durante un viaje y colocando apercibimientos para los que coordinan.
Este esquema de trabajo lo pusimos en marcha y sabíamos que era a largo plazo, porque teníamos que trabajar con coordinadores muy jóvenes y con una doble capacidad, de divertir y vender el viaje de quince. Esto llevó procesos, reglamentos, formas de coordinar, formas de trabajar, capacitaciones, que terminó con una gran alegría al recibir la certificación de las normas ISO. Hace 5 años que trabajábamos en las bases del armado del pre, durante y pos viaje; vale decir que está fundamentado el paso a paso de todo.
La experiencia Yo Voy
Antes del viaje a Disney hay tres jornadas previas, acá está el éxito. Esto nos permite conocer la personalidad de los adolescentes.
Siempre que finalizamos un viaje me tomo el trabajo de ver las estadísticas de aquellos que se enfermaron, o la cantidad de llamados de atención, me da un resultado positivo para continuar con los lineamientos de equipo.
La esencia del viaje radica en que van acompañados, contenidos, asistidos y coordinados, realizando actividades que dejen en los chicos un contenido de valor.
Un viaje también significa mucho procesamiento de cabeza para los adolescentes por lo tanto siempre la psicología evolutiva está presente en cada accionar. El viaje está pensado en tres partes, una semana en Disney, otra en el crucero por las islas del Caribe y por último volver a disfrutar de los parques de Disney. Esto tiene una explicación el ir motivando y manejando los decibeles del adolescente. Para ello ideamos durante el crucero un concurso de talentos, mostrando una habilidad la cual tiene un premio. Este año la ganadora recibió un Iphone. También organizamos la fiesta 15 arriba del crucero, que para las chicas es importantísima porque viven su noche de gala.
Nuestro objetivo como coordinadores es convertirnos en líderes y que nos sigan, muy al contrario de que los chicos hagan caso. La instantaneidad del hoy hace que las emociones se pierdan (debido a las redes sociales) por eso estudiamos el viaje con nuestro psicólogo para que puedan tomar valor de los que realizan. El gran desafío es la combinación casi perfecta de coordinadores. Hay 18 coordinadores para el viaje a Disney, 4 son mayores de 45 años. A cada grupo se le asignan 3 o 4 coordinadores, de los cuales siempre uno es mujer. Personalmente es un viaje que me encanta hacer y liderar ya que estoy capacitado para esto, algunos de mis coordinadores son: Martín González, Renzo Avellaneda, Julia Baistrocchi y Romina Orellano.
Con la valija a otra parte
El otro destino para quinceañeras es Camboriú, armado bajo los mismos lineamientos que Disney, sólo que cambia el contenido, pero como experiencia es tan maravilloso uno como el otro.
La otra parte que se crea con mi incorporación a la empresa es la parte de egresados, con viajes a Bariloche, Cancun y Carlos Paz. Este tipo de producto lo trabajamos con mucho respeto y bajo normas de seguridad estricta. Tan es así que tenemos un bus sólo para los chicos en Bariloche que los lleva y trae a todos los lugares inclusive cuando van al boliche. Tanto mi padre, Mario Vatteroni como yo estamos presentes en Bariloche. Todos los coordinadores están psicoanalizados y es el profesional el que da el OK para el trabajo en todos los grupos de viaje.
Otro viaje que me gusta mucho coordinar es el grupo de mayores, este año uno fue a Nueva York y el otro a la Costa Oeste. En estos viajes podemos dejar mucho más valor agregado y es un placer coordinar. Convertir el viaje en una experiencia es nuestro objetivo.
Un amor inviolable
Hablo cuatro idiomas, pero soy un agradecido que mis padres me hayan hecho hincapié en el idioma y los viajes. Se lo debo a ese mandato: ‘Vos tenés que estudiar inglés’. Mis padres también tuvieron el coraje de dejarme ir, con tan sólo 13 años y, esto hoy es un agradecimiento infinito para estar en este lugar.
En San Juan hay tradición y costumbre familiar, casi que es inédito hoy en el mundo de los negocios, por lo tanto le preguntamos, ¿Cómo es el éxito de tu empresa familiar?
La clave creo que se basa en el hecho de aguantar, sobrevivir, de estar todo el día juntos, pero con una misma pasión y amar lo que hacés. Yo nací en esto, entonces creo que es un valor agregado la transmisión de ese amor, es parte de mí. Admiro de mi padre su capacidad de reinventarse y de mi madre la capacidad de aguantarnos. Volver aa escribir la historia dentro del núcleo familiar una vez formado, creo que es un desafío grande tanto para mi padre como para mí. Que te dejen abrir la puerta nuevamente de algo que ellos inventaron, habla muy bien de ellos en aceptación y entendimiento. A partir que pasan los años cada vez los entiendo más ya que marcaron la esencia familiar.
