La firma uruguaya Finosol SA prepara la importación de plantines de granadas desde Argentina para concretar un proyecto de inversión. Y es una empresa de San Juan, Vivero Amat SRL, la que la abastecerá de ejemplares de un año de edad y abundantes raíces y muy buen estado de sanidad. El inicio de la exportación está en trámite y se espera la autorización final de parte del Senasa e Instituto Nacional de Semillas (Inase) por parte de Argentina y de la Dirección General de Servicios Agrícolas de Uruguay.

Si bien es la primera exportación y por una cifra de 6 mil plantines, la noticia es que se confía en los viveros de San Juan por la tecnología y seriedad en la producción de plantas, no sólo de frutales tradicionales, vides y olivos, sino de nuevas especies que como en el caso de la granada se importan desde los Estados Unidos a un costo elevado. Estos datos hablan que poco a poco el sector viverista argentino va alcanzando un mayor rol protagónico producto de su esfuerzo después de estar por muchos años desactualizado y produciendo sin estándares de calidad.


Un poco de historia


En estos últimos años el cultivo de la granada (su nombre científico es Púnica granatum) viene siendo una nueva alternativa por varios motivos: una por la gran demanda mundial de jugos de frutas y en especial de frutas nuevas o exóticas; por la gran adaptabilidad a climas áridos y suelos marginales de la especie es otra causa y la tercera es por la búsqueda constante de los productores a generar otras alternativas de producción que les permita ampliar sus márgenes de ganancia en un mundo globalizado y muy competitivo.

varias son las ventajas nutricionales y su consumo está vinculado a múltiples formas de utilización, ya sea como fruta fresca u ornamental, jugos, postres, cosméticos y hasta vino.

La granada es una fruta milenaria y actualmente atraviesa por un auge de consumo a nivel mundial en virtud de sus propiedades nutracéuticas y fundamentalmente su alto contenido de antioxidantes.

Un país que realiza importantes investigaciones es Israel, con innumerables mejoras genéticas como el aumentar su sabor agridulce, darle un color rojo más intenso y obtener con mayor facilidad la separación de lo arilos o pulpa de la granada fácilmente.

En San Juan, la firma Fincas de Río Negro, fue la primera que la cultivó con fines comerciales, plantando en Tupelí, departamento de 25 de Mayo, 3 hectáreas y otras tres en el departamento de Pocito, con plantas seleccionadas de los Estados Unidos de la variedad Wonderfull. Estos cultivos tienen ya 11 años. Esta firma viene comercializando granada como fruta con destino a la Unión Europea y realiza pruebas piloto para Estados Unidos y por la edad de los cultivos es muy pronto para hablar de resultados técnicos y económicos comerciales.

Buscando el objetivo de la producción de jugos concentrados a partir del año 2006 comenzó una alianza aún en desarrollo entre productores vitícolas y la exportadora de mosto concentrado ENAV, de los hermanos Gustavo y Mauricio Juri con la implantación de las primeras 25 hectáreas de unas 250 por un grupo de 10 viñateros en un proyecto para producir 7.500 toneladas con destino a la industria.

A partir del pedido de estos productores, quienes evitaban comprar plantas desde el exterior por su alto costo y la necesidad urgente de comenzar las plantaciones, Vivero Amat realiza las primeras investigaciones para propagar variedades de granadas. Rápidamente utilizando un método muy parecido al que obtiene para la obtención de vides, logra sus primeros lotes en término de un año, todo bajo invernadero. Así surgió una gran cantidad de pedidos y hoy es uno de los principales abastecedores de la región. Así en el término de tres años el vivero logró renombre y fue localizado por empresas del exterior para adquirir sus plantas. Todas las estacas para producción de plantines provienen de un lote de plantas madres que el vivero posee en Pocito.

En los últimos años la actividad viverista a tomado vuelo y seriedad gracias a la tecnología y trabajo responsable de las firmas locales en su mayoría empresas familiares, quienes vienen abasteciendo el mercado interno en forma sostenida y cumpliendo con las normas fitosanitarias que exige el Estado y los requisitos de las empresas.