En una historia colmada de personajes e historias con peso propio, María Alché y Martín Slipak brillan como los hermanos Helena y Damián en Tratame bien. Pero no sólo los une ese lazo de ficción, sino también su análisis sobre la tira de El Trece. Y en ese sentido coincidieron en que cautiva por la simpleza con la que retrata las contradicciones del género humano.
Un hombre que lucha por su emprendimiento en quiebra (Julio Chávez), una mujer que intenta conciliar sus roles de madre y empresaria (Cecilia Roth), dos jóvenes con sus dilemas generacionales, la mentira, la maternidad, los excesos, los duelos y el amor, todo se alterna y fusiona en conflictos que a nadie le son ajenos.
La propuesta que dirige Daniel Barone explora las relaciones humanas desde su construcción más primaria, la familia. Y esos personajes, tan tangibles en su ambigüedad, son claves para consolidar la fidelidad de la audiencia.
"El programa le genera a la gente la necesidad de decir algo. Yo noto eso, el hecho de que te paren en la calle para comentarte la reflexión que tienen sobre tal o cual situación. La gente se siente muy identificada y está bueno porque lo ve todo tipo de público y a cada uno le pega por un lugar diferente", opinó Slipak, que ha ganado varios premios por su labor en teatro.
"El fenómeno se basa en que todos los personajes son buenos y monstruosos a la vez. No hay nadie que sea específicamente bueno o malo, sino que tienen contradicciones: pueden ser jodidos, pueden ser tiernos, pueden sufrir y eso hace que la gente diga ¡guau, me estoy compadeciendo de este, que es un hijo de p…!", ejemplificó Alché, quien también destaca que el trabajo con los actores y la calidad general de la propuesta se asemejan a los estándares del cine, donde protagonizó La niña santa y Tres minutos.
Si bien la ficción por momentos se acerca a cierta estética costumbrista que ya es marca registrada en las producciones de Pol-ka, los actores enfatizan que la complejidad de los personajes, sumada a una lectura social de las circunstancias que atraviesan, alejan a Tratame bien de Gasoleros o Por amor a vos"
"Muchas de las problemáticas tienen que ver con cosas que son de los últimos tiempos. Como por ejemplo el tema de la crisis, de alguien que quedó totalmente obturado en su laburo porque se le fueron cerrando puertas, que es muy de los 2000. Y por eso hay tanta gente identificada con el personaje de José (Chávez), gente muy valiosa que con el impacto de la crisis quedó devastada", dice Alché, quien destaca que la serie "tiene mucho espacio para la actuación pura", mientras que para Slipak, la virtud principal reside en que "recupera el respeto por el tiempo. Ahora hay algo de lo abrupto, de lo rápido, casi como muy ansioso", explica.
"No sólo en la tele, en la vida. Como si el tiempo hubiese cobrado mucha velocidad. Tenemos el cerebro muy preparado para que sea útil todo lo que hacemos y es muy difícil tener espacio para detener esa maquinaria loca que es no ver al otro, no percibir, no reaccionar", completa la actriz, que reconoce que tenía prejuicios con la tele. "Uno siempre piensa que es una picadora de carne. Y la verdad es que trabajar con Barone es un placer".
