Volver a pisar el césped de Marquesado no fue fácil para sus propios jugadores. Mirar el camarín y sentir la ausencia de su compañero Eduardo Ocaña (fallecido recientemente en un accidente) derivó en el llanto de algunos y la fuerza de otros para levantar el ánimo. Ni hablar el dolor de su padre, Eduardo, quien recibió el cuadro con la camiseta 3 de su hijo. Quizá ese vacío hizo que el Far West no jugara bien, aún así desde arriba el "Cañota" le dio fuerzas para remontar un partido complicado, que perdía 2-0 con Villa Obrera, lo dio vuelta y hasta pudo ganarlo.

Desde el arranque Marquesado entró nervioso y con muchas imprecisiones. No podía bajar la pelota al piso, el negocio estaba en los pelotazos para Cano, Olivarez y Balmaceda. De una escapada del Fino nació la definición de Verón, que picó la pelota sobre Mingolla y pegó en el travesaño. Villa Obrera fue fiel a su juego de lucha y en la primera llegada Mestre entrando al área grande abrió el partido, 1-0. El Far West, sin jugar bien, contó con dos chances para nivelar el juego, pero Mingolla las evitó. Los goles que no se hacen en un arco…Frase que se cumplió una vez más con un remate de Mestre, 2-0.

En el complemento el local descontó rápido, tras un error de Mingolla, que le sirvió la pelota a Tello. La Villa ya no tenía resto físico, sólo le quedaba el oficio de Córdoba y Soria. Pero de tanto ir Marquesado salvó las papas. El Fino Balmaceda mandó un tiro libre al área, que nadie la tocó y se metió al fondo de la red. Hubo un aparente empujón a Mingolla, que el árbitro Fernández ignoró. Con ese envión anímico Marquesado tuvo en los pies de Balmaceda, que definió mordido.