Por Ariel Poblete Hay libreto. Eso, cuando el Mundial empieza en serio, tiene que ser la gran conclusión para el post-victoria frente a Grecia. Por todos los cambios, por la rotación casi total y por cómo se planteó el choque ante los griegos, Argentina ya tiene argumentos para calzarse el traje de candidato. Hay recambio, hay Plan B dentro y afuera de la cancha. Contra Nigeria, la receta fue vértigo. Contra Corea, la receta fue contundencia. Contra Grecia, la receta fue paciencia y calma. Así, hay motivos para ilusionarse. Hay bandera, existe una filosofía y el trámite de identidad ya está en marcha.
